Santo Domingo.- “Tomé la decisión de salir del país para resguardar mi vida”, recuerda Héctor Díaz Polanco al recordar la época en que abandonó República Dominicana.
En aquellos años, el periodista y joven intelectual se enfrentaba a una situación política asfixiante: censura, persecución y el asesinato de opositores bajo el gobierno de Joaquín Balaguer.
Recuerda su trabajo en Radico Comercial, donde escribía editoriales y comentarios sobre la situación del país, lo colocó en la mira de las autoridades.
Esa salida forzada marcaría el inicio de una vida dedicada al pensamiento social y a la política continental. Primero en Europa, donde estudió antropología, y luego en México, país que como él mismo dice “es tan atrapante que si te descuidas, ahí te quedas”.
Activismo político
En México, Díaz Polanco se consolidó como académico de prestigio, autor de más de veinte libros sobre antropología, historia y política latinoamericana.
Pero su compromiso trascendió el ámbito universitario. Participó en movimientos sociales y procesos constituyentes en distintos países: en la formulación de la autonomía de la Costa Atlántica de Nicaragua, en la Asamblea Constituyente de Bolivia, en debates sobre pueblos indígenas en Chile y como asesor del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) durante el levantamiento de 1994.
“Ahí conocí a Andrés Manuel López Obrador”, relata. Desde entonces, ambos mantuvieron una relación de colaboración e intercambio intelectual que, con el paso de los años, se transformó en militancia política.
Fundador y guardián de Morena
Cuando López Obrador fundó el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Díaz Polanco fue uno de sus pilares.
“Fui el primer procurador o encargado de la parte jurisdiccional del partido. Me correspondía vigilar que se cumplieran los principios y valores de Morena”, dijo en el Programa Hoy Mismo.
Durante ocho años dirigió la disciplina interna del movimiento y posteriormente fue elegido presidente de Morena en la Ciudad de México.
A pesar de su relevancia dentro del partido, el antropólogo evita los cargos gubernamentales.
“Rehúyo los cargos administrativos. Prefiero dedicar mi tiempo a escribir y reflexionar”, afirma con serenidad, mientras muestra uno de sus libros más recientes editado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Un dominicano con visión latinoamericana
A lo largo de su trayectoria, Díaz Polanco ha sido testigo y partícipe de los principales procesos progresistas de América Latina.
Desde su mirada, la región enfrenta un desafío estructural: “La debilidad de los sistemas de partidos. Muchos gobiernos progresistas ganaron el poder, pero descuidaron el partido, el vínculo con las bases populares”, advierte.
Sobre la crisis venezolana, sostiene que no es un problema aislado, sino regional.
“Vivimos una crisis del Caribe. Nunca había visto una situación de este tamaño, con el potencial de provocar efectos devastadores o esperanzadores, según su desenlace”, señala.
Cómo esta México
Desde su rol en Morena, Díaz Polanco defiende los avances de la administración de López Obrador y de la actual presidenta, Claudia Sheinbaum.
Destaca la creación de un sistema de bienestar “sin precedentes” y la reducción de los delitos de alto impacto gracias a la Guardia Nacional.
“Los jóvenes son el objetivo principal: la delincuencia los recluta, y el Estado debe ofrecerles futuro”, explica.
Sobre las tensiones con Estados Unido
“México hace su parte en seguridad y combate al narcotráfico, pero Estados Unidos debe controlar su tráfico interno de drogas y detener el flujo de armas que llegan a nuestro país”, enfatiza.
A sus años, Díaz Polanco mantiene viva la relación con República Dominicana.
“Tengo relación cordial con los dirigentes dominicanos y sigo con interés lo que ocurre allá. República Dominicana es un país muy importante en la región”, asegura.
En su reciente visita a Santo Domingo, fue reconocido por el movimiento Izquierda Unida por su trayectoria política y su aporte intelectual al pensamiento latinoamericano.
Su vida sintetiza la historia de un exiliado que encontró en México un segundo hogar, y en la política, un medio para continuar su vocación humanista.
“Salí huyendo de la represión, y terminé contribuyendo a la construcción de un movimiento que busca regenerar la vida política de un país entero”, dice con una sonrisa.Este artículo fue publicado originalmente en El Día
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Edili Arias
Periodista egresada de la Universidad O&M, apasionada por escribir sobre niñez, salud e historias humanas. Combina su amor por el periodismo con su afición por los deportes. Madre de dos niños, lo que le aporta una perspectiva cercana y sensible en sus reportajes.