Culmina el año 2018 con luces y sombras en todas las áreas de la vida nacional, matizada, principalmente, por la política partidista, que a estas alturas no encuentra la forma de “alinearse” y resolver, o por lo menos paliar, los graves problemas que afectan esta sociedad desde hace décadas.

Pero en el ámbito del deporte nacional la noticia más trascendental, sin lugar a duda, fue la elección de Vladimir Guerrero al Pabellón de la Fama de Cooperstown, para convertirse en el tercero, junto a Juan Marichal y Pedro Martínez, en lograr esa hazaña.

Convertirse en el latinoamericano con más victorias en Grandes Ligas, meta alcanzada por Bartolo Colón, es otro acontecimiento de primer orden.

La lucha que mantuvieron por el novato del año Miguel Andújar y Juan Soto durante todo el año, en ambas ligas, y que lamentablemente se quedaron cortos, fue de gran importancia.

Un hecho que estremeció a todos de mala manera fue la suspensión por 80 juegos de Robinson Canó, tras hallarlo culpable del consumo de esteroides, algo inimaginable, por la conducta que había mantenido en público durante muchos años.

Y continuando con el béisbol, la descalificación de las Águilas Cibaeñas, unido a la lucha interna e intensa entre sus principales directivos, todavía no ha sido asimilada por gran parte de los fanáticos.

Aunque no se le haya dado la debida importancia, la supuesta “firma” de dos jovencitos, lo cual resultó en un engaño total, dejará sus huellas, porque son miles los que están expuestos a ser víctimas de artimañas de esa naturaleza.