La muerte de un profesor de escuela que por lo visto también era taxista, a manos de integrantes de una banda del sector El Valiente, de Boca Chica, es en sí mismo un hecho lamentable.
Según la primera información suministrada por la Policía, Eddy Antonio de la Cruz Pérez fue hallado sin vida la madrugada del martes en uno de los sectores de El Valiente. Había sido alcanzado por un tiro.
Era profesor de educación física en una escuela de La Caleta, cerca del lugar donde fue muerto.
Ayer, en un nuevo avance del caso, la Policía informó sobre el apresamiento de una persona sospechosa de ser parte de una banda a la que atribuye la muerte del maestro, la persecución de uno que habría abandonado en Los Llanos de San Pedro de Macorís el vehículo del profesor De la Cruz Pérez, y la búsqueda de un tercero por su participación en el hecho.
La operación policial ha generado una segunda baja, esta del lado de los supuestos delincuentes, a quienes se persigue desde el martes. Era un hombre de apenas 27 años.
Lo primero de lamentar es la muerte del profesor De la Cruz Pérez, un hombre dinámico y con la voluntad suficiente para ocupar el tiempo que muchos otros dedican al ocio o a la cama, a ser productivo.
Lo segundo, la participación de gente joven, y hasta muy joven, en el dañino mundo del delito y el crimen.
Una de las tres personas involucradas por la Policía en este hecho de sangre tiene 22 años y al parecer era quien tenía en su poder el carro producto del crimen y el robo.
Quienes peinan canas suelen tratar a la gente de esta edad con el cuidado y la consideración dispensada a los muchachos, o a los hijos.
¿Podrá algún día la sociedad dominicana recuperar a una parte importante de su juventud para la decencia y el empuje progresista que animaba la vida del profesor De la Cruz Pérez?
