Un hombre se embolsó un premio de 800 libras, casi 1.000 euros, mientras limpiaba una playa de las islas Shetland, en Escocia y encontró una botella con un mensaje dentro, se puso en contacto en el remitente y éste le premió.
En la carta figuraban los datos de una persona, entre ellos una dirección de correo electrónico.