Los empadronadores reclutados por la Oficina Nacional de Estadística deben estar preparados para reacciones adversas desde el inicio del censo de población y vivienda a partir de hoy, ya que se ha desplegado una efectiva campaña contra esta jornada.
Muchas personas no permitirán que ese personal ingrese a sus hogares por una amplia desinformación sobre el proceso y por el alto nivel de la delincuencia.
No hubo una efectiva campaña educativa ni de concienciación sobre la importancia y obligación del censo, y por qué una inversión tan alta de 4 mil millones de pesos.
La población necesitaba saber qué tipo de informaciones serán recabadas y su uso futuro, no que se expandiera el miedo sobre posibles sanciones en caso de alguna resistencia al llenado del formulario de 77 preguntas, que debieron socializarse previamente para que la gente entendiera el proceso y la mecánica de trabajo.
No todo el mundo se abrirá al censo.