Definitivamente, algo tienen que hacer los líderes políticos, económicos y sociales de Haití. No es posible que se sienten sobre sus fortunas, poltronas y prestigio a esperar por una intervención extranjera que les saque las castañas del fuego.
Algo debe hacer, y aquello que sea que hagan para conseguir que el pueblo haitiano colabore en la obra de la reorientación de unos pasos dados hasta hoy, que sin duda son perdidos, conseguirá, sin dudas, la colaboración internacional por la que todos esperan, incluso de este lado de la frontera.
Los 218 años
Por poco le cuesta la vida al primer ministro de Haití, Ariel Henry, su participación en un tedeum el 1 de enero, con motivo de los 218 años de la proclamación de la independencia de Haití.
El tiroteo entre miembros de una banda armada y la Policía, en la ciudad de Gonaives, obligó a llevarse al primer ministro y a suspender la ceremonia. Esta vorágine debe ser contenida por el Gobierno y los haitianos.
