Hatuey De Camps, político refinado, de pie a cabeza, a tiempo completo, aunque tenía nociones genéricas sobre el deporte, no era su punto más fuerte.
Y es que desde muy joven asumió actitudes sociales reivindicativas y tomó relevancia cuando desde la presidencia de la entonces emblemática FED (Federación de Estudiantes Dominicanos) ganó “un juego grande” bajo la contagiosa consigna «medio millón a la universidad» .
En 1983, siendo secretario de la Presidencia en el gobierno de Salvador Jorge Blanco, impulsó la expansión del béisbol que dio paso a los Azucareros del Este (actuales Toros del Este) y los Caimanes del Sur (desaparecidos tras la campaña 1988-89, con un receso previo en 1986-87).
Los Gigantes del Cibao aparecen en 1996, no por imposición.
Esa lucha tenaz que expandió la pelota mediante la Ley 447 tuvo extensos y encendidos episodios -públicos y privados- ante la oposición de los dueños de equipos tradicionales (Licey, Águilas, Escogido, Estrellas), llegándose a erradicar la Lidom (Liga Dominicana de Béisbol) para dar paso a la actual Liga de Béisbol Profesional de República Dominicana, que conserva el apodo Lidom. Mediante el decreto 1,300 también se creó la figura del Comisionado Nacional de Béisbol, cuyo primer incumbente fue Reynaldo -Papy- Bisonó, puesto al que posteriormente Lidom le arrebató todo tipo de poder y hace varios años solo participa como un invitado más.
Hatuey fue sepultado ayer y quise recordar su participación activa en ese proceso del principal pasatiempo de los dominicanos, exitoso a la larga. ¡Descansa gran guerrero!