El ministro de Deportes, Jaime David Fernández Mirabal, prometió a l momento de llegar al cargo que rescataría las principales instalaciones.
No se sabe si es por falta de presupuesto, pero no ha podido materializar esas aspiraciones primarias. En denuncias sobre el mal estado de los más importantes complejos se ha n desperdiciado en los últimos años toneladas de tinta y papel, solo en los medios escritos.
La prensa también se ha hecho eco de miles de declaraciones de funcionarios con responsabilidad directa en el asunto, pero las instalaciones siguen deteriorándose.
¿Le conviene a alguien que se mantenga esa situación?
¿Porqué la dirigencia deportiva en todos los niveles guarda silencio, cuando también es responsable de que esas obras estén en buen estado físico, quizá tanto o más que el propio Ministerio?
Hay que recordar que los atletas que utilizan esas instalaciones pertenecen y están supeditados directamente a los olímpicos.
L os lectores deben estar hartos de que les digan lo mismo, incluso uno mismo de escribirlo, pero hay que insistir, para ver si alguien se conduele de este estado anómalo de cosas.