
Un reciente estudio científico ha identificado un vínculo crucial entre las bacterias de la boca y el desarrollo de la enfermedad de Parkinson. Este avance fue liderado por investigadores de POSTECH, la Universidad de Sungkyunkwan y la Universidad Nacional de Seúl, y sus hallazgos fueron publicados en Nature Communications el 5 de septiembre de 2025.
A continuación, se destacan los principales puntos del descubrimiento:
1. Vínculo entre bacterias orales e intestino:

Bacteria implicada: Streptococcus mutans, conocida por causar caries dentales, fue encontrada en niveles elevados en el intestino de pacientes con Parkinson.
Mecanismo: Esta bacteria produce la enzima urocanato reductasa (UrdA), que genera el metabolito imidazol propionato (ImP).
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El ImP puede atravesar la barrera intestinal, entrar en la sangre y llegar al cerebro.
Una vez en el cerebro, el ImP contribuye a la pérdida de neuronas dopaminérgicas, una característica clave del Parkinson.
2. Experimentos en modelos animales:

Introdujeron Streptococcus mutans en el intestino de ratones y observaron:
Niveles elevados de ImP en sangre y cerebro.
Síntomas similares al Parkinson: pérdida de neuronas dopaminérgicas, neuroinflamación, acumulación de alfa-sinucleína (una proteína relacionada con la progresión del Parkinson) y deterioro de la función motora.
También modificaron Escherichia coli para que produjera la enzima UrdA, obteniendo resultados similares.
3. Implicaciones terapéuticas:

Los investigadores descubrieron que los efectos del ImP se relacionan con la activación del complejo proteico mTORC1, un regulador clave en la señalización celular.
Inhibidor de mTORC1: Al tratar a los ratones con un inhibidor de mTORC1, se redujeron significativamente:
- La neuroinflamación.
- La pérdida de neuronas.
- La acumulación de alfa-sinucleína.
- Los problemas motores.
Esto sugiere que intervenir en la interacción microbiota-metabolitos podría abrir nuevas vías terapéuticas para el tratamiento del Parkinson.
Impacto en el campo médico:
Relevancia global: El Parkinson afecta a más de 8,5 millones de personas en el mundo, según la OMS. Este hallazgo es significativo porque permite entender mejor los factores que contribuyen al desarrollo de esta enfermedad.
Nuevas estrategias: Este estudio abre la puerta a tratamientos dirigidos a la microbiota oral e intestinal como una forma de prevenir o tratar el Parkinson.
El estudio liderado por el profesor Ara Koh marca un hito en la comprensión del Parkinson al revelar cómo las bacterias orales pueden afectar al cerebro. Este hallazgo no solo amplía el conocimiento sobre la relación entre la microbiota y las enfermedades neurodegenerativas, sino que también sugiere estrategias terapéuticas innovadoras.
Actuar sobre la interacción microbiota-metabolitos podría ser una herramienta clave para combatir esta enfermedad en el futuro.