Un hombre arroja papeletas en una votación Su estación en la vida de Petion Ville durante las elecciones presidenciales en Puerto Príncipe el 25 de octubre de 2015. Haití es la celebración de elecciones presidenciales, elecciones legislativas y municipales.
PUERTO PRÍNCIPE. — Los haitianos tienen opciones de sobra en su intento para elegir un gobernante que tenga la capacidad de sacar al país del desorden y la pobreza.
Más de 50 candidatos se disputan la presidencia en los comicios del domingo. Debido al alto y confuso número de contrincantes presidenciales hay falta de claridad para determinar cuál de ellos encabeza las preferencias electorales.
Las encuestas son contradictorias y carecen de confiabilidad. La coincidencia más amplia se da en los desafíos que enfrentará el ganador de la inevitable segunda vuelta electoral prevista para el 27 de diciembre: estimular la economía del país, que acusa debilidad crónica, y superar la dependencia de los donantes extranjeros, que financian en gran medida el proceso electoral de tres rondas de este año y que tiene un costo equivalente a unos 70 millones de dólares.
“El gobierno necesita estimular el crecimiento para que el Estado pueda asumir las responsabilidades que la asistencia extranjera ha estado cubriendo”, declaró a The Associated Press Kenneth Merten, coordinador especial para Haití del Departamento de Estado.
Entre los nombres mejor conocidos en las papeletas figura Jude Celestin, extitular de la compañía constructora estatal que fue el candidato respaldado por el gobierno en la contienda de 2010.
Celestin fue eliminado de una segunda vuelta electoral cuando su presunta victoria fue impugnada por los observadores electorales extranjeros, que habían denunciado irregularidades.
Otros son el candidato designado por el presidente Michel Martelly, Jovenel Mosie, un político recién llegado que ha propuesto volver a formar el ejército de Haití, y el ex senador Mosie Jean Charles, un severo crítico del mandatario que se dice ser la voz de los pobres y desposeídos del país.
Más de cinco años y medio después del terremoto que fue una de las peores catástrofes naturales de los tiempos recientes en Haití, unos 5,8 millones de electores están empadronados para sufragar con el fin de elegir al próximo presidente, 129 legisladores y numerosas autoridades locales.
A pesar del amplio número de contrincantes, muchos haitianos están insatisfechos frente a las opciones y se quejan de las disputas partidistas que causaron un estancamiento político en los últimos años e impidieron un debate serio sobre los diversos problemas durante la campaña.
La difusión de los resultados está prevista para finales de noviembre, según el Consejo Provisional Electoral del país. La seguridad ha suscitado preocupaciones generalizadas durante las elecciones del domingo.
Los aproximadamente 12.500 elementos de la Policía Nacional haitiana tendrán que cumplir un papel más preponderante en el mantenimiento de la seguridad en comparación con la anterior votación presidencial debido a una reducción del número de soldados de Naciones Unidas que hacen labores de mantenimiento de la paz.
La ONU mantiene esa fuerza en Haití desde 2004, cuando una violenta rebelión sacudió al país.