Santo Domingo.- Aquel 12 de enero del 2010, era un día aparentemente normal en Haití. Cuando el reloj marcaba las 4: 53 de la tarde se registró un terremoto con epicentro a 15 kilómetros de Puerto Príncipe, dejando ese país sumergido en muertes, escombros y una inmensa miseria.
La pobreza y el dolor que dejó como resultado aquel terrible día para la vecina nación es lo que se recuerda hoy, después de siete años de la catástrofe.
El sismo, que tuvo una magnitud de 7,0 en la escala de Richter y a una profundidad de 13 kilómetros, dejó a más de 350,000 personas fallecidas, y una ciudad destruida con replicas registradas.
Este terremoto ha sido el más fuerte registrado en la zona desde el acontecido en 1770. El sismo fue perceptible en países cercanos como Cuba, Jamaica, y República Dominicana, donde provocó gran temor.
En Haití los efectos del fenómeno natural fueron devastadores. Los cuerpos recuperados superaban los 200 mil.
Los datos definitivos de los afectados fueron dados a conocer por el primer ministro Jean Max Bellerive en el primer aniversario del sismo, el 12 de enero de 2011, donde informó que en el sismo fallecieron 316 000 personas, 350 000 más quedaron heridas, y más de 1,5 millones de personas se quedaron sin hogar, con lo cual, es una de las catástrofes humanas más graves de la historia.
Edificaciones destruidas
Entre las edificaciones destruidas, como la sede de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Haití, se retiraron cadáveres de los escombros, pero alrededor de 150 funcionarios seguían desaparecidos.
De acuerdo con un miembro del Servicio Geológico de Estados Unidos, sobre la base de la magnitud y ubicación del terremoto, alrededor de tres millones de personas se han visto afectadas.
El Centro de Prevención de Tsnamis del Pacífico lanzó una alarma de tsunami después de ocurrido el terremoto para Haití , Cuba y República Dominicana, que fue cancelada poco después. No obstante, el gobierno de Cuba dio la orden de evacuar a todas las poblaciones costeras.
El terremoto ha sido calificado como el mayor sismo registrado en Haití en doscientos años. Una de las consecuencias del terremoto fue el colapso de todas las líneas telefónicas.