Hoy se recuerda con hondo y doloroso pesar el funesto terremoto que devastó una parte importante de Haití, a dos años de haber ocurrido, al tiempo que se inaugura una universidad en la comunidad de Limonade, en Cabo Haitiano.
Una clara metáfora y un aporte que hace el Gobierno dominicano al vecino Estado haitiano. Las paredes de la nueva universidad es el mejor testimonio de que la educación será el pilar más fuerte con que cuentan los pueblos para alcanzar su desarrollo.
El embajador de Haití en la República Dominicana, Fritz Cisneas, explicó con palabras llanas el contraste emocional por el que pasa su pueblo.
Haití está de luto hoy, al conmemorarse el segundo aniversario del terremoto, pero también está de regocijo por la inauguración de la universidad Henri Christophe, que construyó y entregó como un alto gesto de solidaridad y apoyo el Gobierno dominicano.
La República Dominicana, a través de su gobierno, se hizo presente. El presidente Leonel Fernández viajó hace dos años y vio las condiciones en que quedó Haití.
Entonces resultó el primer Presidente que abrazó la causa y los planes de solidaridad que en ese momento demandaban las circunstancias. Hoy viajó a la vecina nación para cerrar un capítulo pendiente.
Decir es hacer; y hacer educa. Indudablemente que las autoridades haitianas y la comunidad educativa del país, docentes y estudiantes, sabrán aprovechar al máximo el aporte recibido. Aún así, la comunidad internacional todavía tiene en sus manos el grueso de planes por ejecutar. Haití espera.