Al tocar el tema se corre el riesgo de llover sobre mojado, pero no se puede dejar de repetir. República Dominicana no se puede cansar de reclamar a la comunidad internacional que atienda el problema haitiano, que va mucho más allá de la ayuda humanitaria.
El desgobierno que impera en Haití puede arrastrar consecuencias catastróficas en todos los órdenes para República Dominicana .
Haití ha demostrado carecer de una clase política capaz de conducir a ese país por el camino a la estabilidad social, política y económica. El problema se acrecienta porque en la actualidad bandas criminales controlan el territorio de esa nación.
En el vecino país no hay interlocutores válidos ni confiables, mientras que lo que puede llamarse acciones políticas parecen más de carácter tribal que propias de un Estado con un mínimo de organización.
Otras naciones empiezan a sentir la amenaza que representa un desbordamiento de la crisis en Haití, pero cuando realmente sea un problema grave en esos países es porque ya habrá arrastrado a la República Dominicana.
La comunidad internacional sigue haciéndose la sorda ante el clamor dominicano, con una ONU que ha mostrado gran ineficacia.
El Gobierno dominicano no se puede cansar de repetir que no hay una solución dominicana para el problema haitiano.