La comunidad internacional prácticamente se ha olvidado de Haití, pero ese país sigue siendo de interés para la seguridad de la República Dominicana.
A la tradicional violencia política y al desorden internacional se le suma ahora el avance de los grupos criminales.
Una parte importante del territorio es controlado por grupos delincuenciales que se nutren de recursos generados por el narcotrático y los secuestros.
El debilitado Gobierno de la vecina nación ha perdido el control de regiones completas de Haití, lo cual se ha convertido en un peligro para la seguridad de la región y especialmente de la República Dominicana.
Esa situación, por tanto, reviste gran interés para las instituciones dominicanas y para los organismos de seguridad.
La violencia política y criminal en Haití se ha desbordado.
La más reciente escalada dejó 15 personas muertas, incluyendo un periodista y un activista social.
El accionar de los grupos criminales puede cruzar la frontera y hasta afectar proyectos tan importantes como el de Pedernales.
Las autoridades dominicanas hacen bien en redoblar la vigilancia en la frontera y activar los organismos de seguridad para que no les sorprendan consecuencias de la violencia desbordada en Haití.
