Teniendo a la vista el aviso de que el Colegio Médico Dominicano volverá al ataque en pos de obtener el ansiado aumento salarial para los galenos que trabajan en los hospitales públicos, se me ocurre sugerir un alto al fuego, de parte y parte, para poner fin a tan prolongado como enojoso asunto.
No solamente estoy haciendo este pedido a los médicos, encabezados por el aguerrido doctor Ariel Suero, sino también a las autoridades del área de la salud con el Secretario de Estado en primera fila, porque ambos bandos tienen que ceder algo en sus respectivas posiciones.
Que se olviden los rencores y las viejas rencillas, que son cosas del pasado, y que las partes se sienten en la mesa de las negociaciones comenzando en cero. Verán que no es tan difícil encontrarse en la mitad del camino.
Y a la vez que resolverán armoniosamente sus diferencias, regalarán al país una deseada paz social y un servicio médico tan aceptable como lo permitan las circunstancias.
La pipa de la paz espera por ustedes, señores del Colegio Médico y de la Secretaría de Salud. A ver cuáles de ustedes tienen la valentía de dar el primer paso de acercamiento hacia la trinchera del frente. Identifíquense como buenos ciudadanos. El país les quiere conocer.