El antesalista Kelvin Gutiérrez es el vivo ejemplo de que el béisbol puede ser refugio de la juventud y transformar sus vidas, para que, aquellos que tienen persistencia, sean convertidos en seres humanos disciplinados y enfocados en sus metas.
Gutiérrez inició su camino en el deporte a los seis años de edad, a raíz de una situación familiar que ameritaba la atención de los adultos con el infante: “Yo llegué al béisbol luego del fallecimiento de mi padre, me insertaron en una liga para que sirviera como distracción. Pero con el tiempo el amor por este deporte creció y, gracias a Dios, estamos aquí todavía”.
El nativo de Pimentel, fue contratado el 10 de abril de 2013 por los Nacionales de Washington, equipo con el que permaneció durante seis temporadas viendo acción en sus circuitos de ligas menores.
“El proceso de preparación fue bien difícil para mí. Tuve que salir de mi pueblo hacia San Pedro de Macorís, allá duré aproximadamente dos años buscando el sueño y gracias a Dios se me cumplió, a la edad de 18 años”, comentó.
“Al momento de firmar lo primero que hice fue llamar a mi madre para darle esa buena noticia. Fue una alegría bastante grande porque es algo que todos anhelamos y verlo cumplido me hizo pensar que fue difícil, pero nunca me di por vencido”, añadió.
Sin embargo, el jugador de 28 años enfatiza que en ciertos momentos pensó en rendirse porque se sentía estancado mientras pasaba el tiempo: “Una vez dije que lo iba a dejar y me pondría a estudiar pero mi madre me pidió durar un poco más y gracias a ella continué”.
Los Gigantes del Cibao lo seleccionaron en la tercera ronda del draft de novatos de 2016 e hizo su debut en la Liga Dominicana en 2018. Desde entonces, acumula línea ofensiva de .299/371/.424 con 44 carreras impulsadas, durante cinco temporadas.
“Recuerdo que estaba nervioso porque ya habían pasado dos rondas en el draft, pero pensé que si los Gigantes no me escogían, lo podían hacer las Estrellas porque tenía buena relación en San Pedro. Pero se me dio la oportunidad, me eligieron los Gigantes y fue una alegría bastante grande”, relató.
Gutiérrez llegó a los Tigres del Licey como parte de los refuerzos que irán a representar al país en la Serie del Caribe, que será disputada en Caracas y La Guaira, Venezuela. Junto con él, se integran Henry Urrutia, Junior Lake, Robinson Canó, Gustavo Núñez, Fernando Abad, entre otros.
Por su parte, el antesalista valora de positivo el trabajo realizado por el cuerpo técnico del equipo azul: “Nos han recibido bastante bien, es un buen cuerpo de coaches que desde el primer día nos ha dado el apoyo y se han puesto a la disposición para ayudarnos en cualquier cosa”.
“Agradecido con Dios y el equipo por permitirme ser parte de esta Serie del Caribe. Las expectativas están bastante altas, vamos con la frente en alto a traer esa corona para República Dominicana”, narró.
El equipo de los Tigres llegó a suelo venezolano este miércoles primero de febrero, para disputar el Clásico Caribeño que podría significar la corona número 22 para el pueblo dominicano y la décimoprimera para el Licey.
