Richard Gibson, un inversor de 58 años, tiene un hobby muy particular: colecciona las uñas cortadas de sus manos y pies desde hace 36 años.
Las guarda en un frasco de vidrio y, según cuenta, tiene que vivir escondiéndolo de las visitas que llegan a la casa y hasta de su ex-esposa. Su pasatiempo empezó en febrero de 1978.