Familiares de palestinos asesinados en medio del actual conflicto entre Israel y Hamás lloran junto a los cuerpos de sus seres queridos en el Hospital Nasser en Khan Younis,.
Jerusalén.- La organización israelí Médicos por los Derechos Humanos denunció este jueves los ataques israelíes contra el sistema de salud de la Franja de Gaza, que en las últimas semanas se han cebado con los hospitales Naser y Al Amal de Jan Yunis, y pidió que sean investigados como crimen de guerra.
«Las exigencias poco realistas del Ejército israelí de evacuar los hospitales y las brechas entre sus afirmaciones y las pruebas presentadas plantean serias preocupaciones de que los ataques a la infraestructura médica son deliberados, sistemáticos y desproporcionados”, afirmó hoy la filial israelí de Médicos por los Derechos Humanos.
El grupo cuestiona la validez del argumento israelí de que los hospitales de la Franja han perdido su derecho a una protección especial por ser supuestamente utilizados como centros de mando de Hamás y subrayó que en todo caso se trata de una violación del derecho internacional humanitario y de posibles crímenes de guerra.
La organización ha documentado 142 ataques contra centros de salud de la Franja, dejando fuera de servicio a 30 hospitales y 53 clínicas. A comienzos de este año, solo ocho de los 36 hospitales del enclave seguían parcialmente operativos, entre ellos el Naser y el Al Amal, que en los últimos días han quedado fuera de servicio tras el asedio de más de 30 días de las tropas israelíes.
Los daños a los centros médicos se han agravado también por la «falta crítica» de personal médico, ya que 326 trabajadores sanitarios han muerto, 350 han resultado heridos y 99 han sido arrestados, lo que ha dejado la asistencia médica en la Franja al borde del colapso, desbordada no solo para atender a los heridos por los bombardeos y combates, sino también a enfermos crónicos o con patologías previas.
El informe de Médicos por los Derechos Humanos también explica las consecuencias de la guerra para los enfermos de cáncer, ya que el Hospital oncológico de la Amistad Turco-Palestina fue bombardeado, lo que provocó la muerte de diez pacientes y dejó a cientos sin atención médica durante días, mientras que el cierre de todos los cruces con Israel impidió que los enfermos de cáncer pudieran salir a recibir quimioterapia a Jerusalén Este o Cisjordania.
La escasez de combustible también ha hecho que más de mil pacientes con enfermedades renales, incluidos 30 niños, viesen sus s tratamientos de diálisis reducidos de cuatro horas a dos horas por semana o menos.
Sobre los heridos por la guerra, que superan los 69.000, la capacidad de atenderlos se ha reducido un 70 %, lo que ha provocado muertes evitables -más de 29.000 han muerto en más de cuatro meses de guerra-, o siendo sometidos a cirugías e incluso amputaciones sin anestesia.
El hospital Al Ahli de ciudad de Gaza trató a más de 500 pacientes que requerían cirugía con solo dos quirófanos, sin anestésicos ni analgésicos, lo que obligó a limpiar heridas con detergente o vinagre debido a la falta de antisépticos.
Además, en Jan Yunis las tropas israelíes atacaron hoy mismo con artillería en las proximidades del hospital Al Amal, uno de los principales del sur del enclave, dañando con metralla sus equipos de comunicación, denunció la Media Luna Roja Palestina, que opera ese centro que lleva 32 días bajo asedio militar.
El 9 de febrero, el Ejército realizó una incursión en ese hospital asegurando que milicianos de Hamás utilizaban el centro como base, el mismo argumento con el que irrumpieron en el Naser -el principal hospital de Jan Yunis y el sur de la Franja- el pasado 15 de febrero, donde detuvieron a un centenar de personas y forzaron la evacuación de más de 10.000 desplazados.
«Los equipos médicos no pueden brindar atención médica a los pacientes debido a la falta de oxígeno e insumos necesarios», aseguró anoche el portavoz del Ministerio de Sanidad gazatí, Ashraf Al Qudra, quien indicó que 45 pacientes han tenido que ser evacuados del lugar pero que otros 110 permanecen dentro con riesgo para su vida.
El portavoz señaló que las aguas residuales inundan los servicios de urgencias y radiología del Naser, donde no queda agua potable ni alimentos.