Grecia: ¿Populismo o cambio?

Grecia: ¿Populismo o cambio?

Grecia: ¿Populismo o cambio?

El pasado domingo 25 de enero, la República Helénica experimentó un cambio histórico, el partido izquierdista Syriza alcanzó el 36.3% de los votos (149 escaños en el parlamento), frente al 27.8% (76 escaños) del partido centroderecha Nueva Democracia del primer ministro Andonis Samarás. El discurso del miedo a la izquierda propuesto por Samarás logró precisamente el efecto contrario, el pueblo apostó en las urnas por la retórica esperanzadora del izquierdismo.

El triunfo arrollador dio paso a un cambio de 180 grados en el poder ejecutivo, saliendo designado el líder izquierdista Alexis Tsipras. Esta victoria, representa el hartazgo del pueblo griego frente a las medidas de austeridad, aumento de impuestos y reducción del gasto público establecido por la Comisión Europea, Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional.

Frente a un desempleo del 25%, una deuda del 176% del PIB y un crecimiento anémico; el nuevo primer ministro prometió lo que el pueblo ansiaba escuchar: Condonación o renegociación de los compromisos financieros, donde los países de la eurozona cargan con el 60%, el FMI un 10% y el BCE un 6%. Esto ha provocado alerta en el resto del área, principalmente Alemania, quien asume el 27% (66.310 millones de euros), declarando su negativa a una quita.

Otras medidas prometidas son subir el salario mínimo desde los 684 hasta los 751 euros mensuales,elaborar un proyecto de ley para que los ciudadanos no paguen más del 30% de sus ingresos anuales en pasivos,descartar el plan de movilidad laboral para reducir la supresión de puestos de trabajo,dar energía eléctrica gratuita a más de 300.000 hogares que viven por debajo del umbral de la pobreza, reabrir la planta televisora estatal y eliminar ocho secretarías de Estado.

Una batería de promesas y pocos recursos para llevarlas a cabo. Muchas de ellas incluso de difícil aplicación como es una reducción a la deuda griega, pero pone sobre el tapete un tema mucho más importante: la supervivencia de la moneda común.

Aunque Grecia apenas representa el 3% de la economía de la eurozona, la imposibilidad de hacer frente a un déficit tan colosal enfrentaría al país helénico al default, lo que provocaría su segura salida del euro,refrendando un riesgo moral que podría poner en tela de juicio la estabilidad y conservación dela moneda, afectando al resto de las economías.



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