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Gracias Padre Néstor Pazos

Cuando hablamos de esperanza nos vienen a la memoria los salesianos artífices de la concreción de este valor en las vidas marcadas por el espíritu de los hijos de Don Bosco. Uno de ellos es el padre argentino Néstor Pazos, sacerdote querido que en este mes está celebrando sus 50 años de ordenación y de entrega y servicio a los niños y jóvenes de República Dominicana.

El padre Pazos hizo enteramente suyo el lema de Don Bosco de “formar buenos cristianos y honrados ciudadanos” viviendo con sentido de misión el artículo 38 de la Constitución Salesiana que enuncia: “Imitando la paciencia de Dios acogemos a los jóvenes tal como se encuentra el desarrollo de su libertad. Los acompañamos para que adquieran convicciones sólidas y progresivamente se vayan haciendo
responsables del delicado proceso de crecimiento de su humanidad”.

La acogida que siempre ha dado el padre Pazos a los niños, adolescentes y jóvenes ha dejado huellas. Son muchos los que por su incidencia directa se convirtieron en destacados profesionales, en amantes de Jesús Eucaristía, en acólitos devotos, en músicos que transmiten valores, y en personas que, marcadas por la mística salesiana han vivido su vida con sentido y trascendencia.

Padre Pazos nunca se ha quedado atrás. Siempre fue al ritmo de los tiempos. Ha evangelizado desde los medios de masa, la promoción de la lectura y la buena prensa. Su incidencia a través de la comunicación la mantiene en sus redes de Facebook, Whatsapp, Telegram y otras, compartiendo contenidos educativos y aprovechando las TICs para difundir las lecturas diarias, los laudes, las vísperas y demás expresiones de la Palabra de Dios. Cada día o cada semana somos muchos los que recibimos de Pazos un buen libro o un mensaje bíblico que nos toca el corazón cuando más lo necesitamos.

Uno de los grandes dones de Pazos es el agradecimiento. Su libro de la Patagonia al Caribe, que narra su experiencia sacerdotal como misionero es una homenaje a las personas que marcaron su vida y lo acompañaron en sus 50 años: jóvenes, sacerdotes y amigos que fueron testigos de que, como dice Jesús, el que lo sigue, lo acoge y deja todo por El, se queda con la mejor parte y recibe el ciento por uno. ¡Gracias, Pazos, por dar tu vida a este país que tanto te quiere!

Etiquetas

Altagracia Suriel

Columnista de El Día

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