Moscú.- El último dirigente soviético, artífice de la perestroika, Mijaíl Gorbachov, que murió ayer a los 91 años, quiso cambiar la Unión de Repúblicas Socialista Sovietica (URSS), y acabó cambiando el mundo, ya que puso fin a medio siglo de antagonismo entre Este y Oeste conocido como Guerra Fría.
“Si quiero cambiar algo, debo aceptar el cargo.
Así no se puede seguir viviendo”, dijo Gorbachov a su esposa Raísa el 10 de marzo de 1985, un día antes de asumir la secretaría general del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS).
Gorbachov nació el 2 de marzo de 1931 en la región meridional de Stávropol en el seno de una familia campesina ruso-ucraniana que vivió la hambruna de los años 30 provocada por la colectivización forzosa de la tierra ordenada por Stalin.
Condolencia de Putin
El presidente ruso, Vladímir Putin, expresó su “profundo pesar” por la muerte de Mijaíl Gorbachov.
En tanto, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, destacó el legado de Mijaíl Gorbachov de abrir “el camino a una Europa libre”, en un mensaje con motivo de su fallecimiento.
Guterres apenado
El secretario general de la ONU, António Guterres, dijo ayer sentirse “profundamente apenado” al conocer la muerte de Mijaíl Gorvachov, al que definió como “un hombre único que cambió el curso de la historia”.
Desde Irlanda
El primer ministro irlandés, Micheál Martin, dijo ayer que el último presidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov, ayudó a “cambiar” el mundo y lo consideró como una de las figuras políticas más significativas de finales del siglo XX.
Detestado en Rusia
— Nobel
Gorbachov ganó el Nobel de la Paz en 1990 por su papel en el fin de la Guerra Fría. Pero era detestado en su país, ya que lo culparon del desmoronamiento de la Unión Soviética, que alguna vez fue una temida superpotencia.