El Banco Espírito Santo, que alguna vez fue el mayor banco de Portugal por valor de mercado, se dividió en dos, proceso en el cual los depositantes y los activos sanos se trasladaron al flamante Novo Banco.
Las autoridades de Lisboa presentaron un plan este mes. Los préstamos de mal desempeño y los acreedores junior permanecerán en el viejo banco –que no recibirá fondos del Estado- hasta que se lo pueda cerrar.
El fondo de resolución bancaria del país obtendrá un préstamo de 3,900 millones de euros (5,200 millones de dólares) del gobierno para financiar su inversión en Novo Banco.
El gobierno apunta a recuperar el dinero mediante la venta de Novo Banco.