«Buenos días, manita, anoche tuve una revelación de parte de Dios, me soñé con una señora que te entregó un sobre manila, me preguntaste si podías abrirlo, te dije que sí y cuando lo hiciste, solo gritabas, “¡me nombraron! Ana, ¡me nombraron!”» Desde ese entonces imaginé que empezaría a trabajar en una institución dirigida por una mujer y que mis supervisoras directas también serían mujeres y el tiempo así me lo demostró.
Hace unos años estaba pasando por una situación muy difícil, sufrí depresión, ansiedad, necesidades económicas, etc. Por mi cabeza pasó la idea de que mi vida no tenía ningún sentido, pero luego, hubo una luz al final del túnel, porque Jehová(a él toda la gloria y la honra) permitió que antes de que entrara el año 2021 me llamaran a trabajar en Supérate y desde entonces, puedo asegurar que esta institución ha cambiado mi vida, como estoy segura que también la de muchos otros.
En Supérate ha resurgido la esperanza para mí, pues al ver la pasión y el compromiso con el que la gente trabaja y el trato tan afable que tienen los directivos con los demás empleados y su interés porque ellos se preparen para la vida, me ayuda a entender que somos una gran familia y aunque es una institución que solo se dedica al servicio y no cuenta con recursos propios, lo que a veces puede limitar nuestras actividades, estoy en el lugar correcto y “la manzana no cae muy lejos del árbol”.
A Gloria Reyes, la cual es mi Directora General, no la conozco personalmente, sin embargo, le tengo mucho cariño, respeto y admiración, es una persona a la que cualquier colaborador de su institución puede acceder sin ningún protocolo, ella los recibe con una sonrisa amigable y busca la manera de satisfacer la necesidad de estos.
Recuerdo que un día tuvimos una jornada voluntaria en San Rafael, el edificio principal donde está ubicado Supérate, era domingo y la primera que estaba ahí era ella, se ganó mi corazón con esta acción y otras más que he venido observando en ella, que hacen de Gloria Reyes una mujer muy grande en liderazgo y calidad humana, de hecho, me apasiona la forma como Gloria está apoyando a la mujer dominicana y eso empieza en su institución la cual en su mayoría es dirigida por mujeres.
Entiendo que en este momento hay una campaña de descrédito contra Reyes, ustedes dirán que la defiendo porque trabajo para ella, pero el que me conoce es testigo de lo recta que soy, que nunca voy con lo mal hecho, lo que me da motivos para decir que Gloria es de la poca gente que hay que proteger en este país, porque es una mujer de pelea, que se identifica con la masa más vulnerable porque viene de ella, obviamente, quien está detrás de esta campaña se siente aludido/a y con razones de sobras porque por fin Supérate, antiguo PROSOLI, está tomando un camino menos político y más humano.
Agradezco a Dios por permitirme llegar a esta institución y agradezco a Gloria Reyes por la gran oportunidad que me brinda de confirmar que todavía hay esperanza en la política y que en mí tiene una persona que la admira muchísimo y siempre estaré en las primeras filas del gran ejército que está dispuesto a pelear por defender su honor, porque le agradezco su confianza y se lo debo a mi país, el cual he defendido desde que tengo 12 años, luchando junto al Dr. Fulgencio Severino, el Dr. Senén Caba, el Dr. Wilson Roa, Dr. Antonio Matos, el Lic. Higinio Báez y el sociólogo y político Fidel Santana, los cuales han sido mis mentores, que con su buen ejemplo, desde muy niña me han conducido por el camino de la rectitud y la lucha por los mejores intereses de la nación.
Gloria es de las buenas, me consta, sus acciones hablan por sí sola y me siento muy orgullosa de ser parte del engranaje que está ayudando a construir una vida más digna para las personas más frágiles de la República Dominicana y eso incluye las madres solteras, mujeres víctimas de violencia, los adultos mayores y sus cuidados, los campesinos, personas con discapacidad, prevención de embarazo en adolescentes y la protección y acompañamiento de las niñas y niños de país, personas que pueden dar testimonio del impacto que está teniendo la gerencia de Gloria en esas vidas.
Me despido diciendo lo siguiente:
“El honor de un Hombre no está en mano de los demás; está en nosotros mismos y no en la opinión pública. No se defiende con la espada ni con el escudo, sino con una vida íntegra e intachable.”
Jean Jacques Rousseau
Isauris Almanzar
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