El cuerpo femenino es un sistema complejo donde cada estructura cumple un papel fundamental en el bienestar general.
Uno de los aspectos menos mencionados, pero de gran importancia, es el piso pélvico, sin embargo, se estima que el 50 % de las mujeres en algún momento de su vida van a sufrir una disfunción del piso pélvico, que es un conjunto de músculos, tejidos conectivos y ligamentos que mantienen el útero, la vejiga, los intestinos y otros órganos en su lugar y le proporcionan funcionalidad.
Francisco Álvarez Alma, ginecólogo de los Centros de Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina (Cedimat), afirmó que, pese a esta estadística, sólo de un 10-20 % de las mujeres asiste a una consulta de ginecología por esa afección.
“Esto a veces ocurre por vergüenza o por desconocimiento de que los cambios que manifiesta se tratan de esta afección”, indicó el especialista.
Álvarez exhortó a las mujeres a acudir a la consulta ginecológica, ya que eso no es motivo de ninguna vergüenza y todas esas disfunciones tienen solución. Resaltando que si el descenso es leve puede que no presente ningún síntoma.
Disfunciones comunes
Cuando el piso pélvico se debilita o sufre alteraciones, los órganos que sostiene pueden descender de su posición normal, provocando diversos problemas de salud. Entre los trastornos más comunes se encuentran el prolapso de órganos pélvicos, la incontinencia urinaria y la incontinencia fecal.
El prolapso ocurre cuando el útero, la vejiga o el recto descienden debido a la falta de soporte muscular, lo que puede generar incomodidad, sensación de pesadez en la pelvis y dificultades para orinar o evacuar. En casos más severos, los órganos pueden incluso sobresalir por la vagina, afectando significativamente la calidad de vida de la mujer.
La incontinencia urinaria, otro de los problemas derivados de esta disfunción, implica la pérdida involuntaria de orina, especialmente al toser, reír o realizar esfuerzos físicos. De igual forma, la incontinencia fecal se traduce en la incapacidad para controlar la evacuación intestinal, una condición que impacta la vida cotidiana de quienes la padecen.
Para detectar y tratar adecuadamente la disfunción del piso pélvico, es fundamental acudir a una consulta ginecológica.
Para realizar el diagnóstico se revisa la historia clínica de la paciente y se le realiza un examen físico; pero también hay estudios de imágenes que pueden ayudar, como son la resonancia magnética, ecografía translabial 3D o 4D y en casos especiales la cistoscopia.
Sin embargo, el médico enfatizó que el diagnóstico se hace esencialmente con los exámenes antes mencionados.
Tratamiento
Respecto al tratamiento de la disfunción del piso pélvico, Álvares explicó que el mismo depende del grado de afección y las características individuales de cada paciente.
Manejo
En casos leves, no siempre es necesario recurrir a procedimientos quirúrgicos. Sin embargo, cuando la afección es más severa, la cirugía se convierte en la mejor opción.
“Para la solución de esta afección hay procedimiento por vía vaginal, como son; suspensión al ligamento sacro espinosa y suspensión al ligamento útero sacro, colpocleisis o colpectomia, la tradicional que es histerectomía vaginal, entre otros.
“A esto se suman procedimientos abdominales, el médico escogerá dependiendo de varios factores: primero el grado de la afección o descenso, la edad y si la paciente tiene alguna otra enfermedad. Existen también procedimientos por mínima invasión, que es vía laparoscópica”, detalló.
Prevención
Dijo que a pesar de que algunas mujeres tienen una predisposición genética a sufrir disfunciones del piso pélvico, existen medidas que pueden ayudar a prevenir o retrasar su aparición como son:
Evitar el estreñimiento crónico: una dieta rica en fibra y una adecuada hidratación pueden prevenir el esfuerzo excesivo al evacuar, reduciendo la presión sobre el piso pélvico.
Mantener un peso saludable: el sobrepeso y la obesidad aumentan la presión sobre los músculos pélvicos, debilitándolos con el tiempo.
Evitar levantar objetos pesados de manera inadecuada: un mal esfuerzo puede comprometer la estabilidad de la pelvis.
Consultar al ginecólogo regularmente: un diagnóstico temprano puede marcar la diferencia en la calidad de vida.
Concluyó que a pesar de su alta prevalencia, la disfunción del piso pélvico sigue siendo un tema poco discutido en la sociedad. +“Muchas mujeres desconocen su existencia o sienten vergüenza de hablar al respecto, lo que impide que busquen ayuda médica a tiempo”, manifestó el doctor.
Es fundamental crear conciencia
Es fundamental generar conciencia sobre este problema de salud y alentar a las mujeres a acudir a controles ginecológicos regulares.
El piso pélvico juega un papel clave en la calidad de vida y su deterioro no debe ser visto como un destino inevitable, sino como una condición tratable que merece atención médica y social.
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