Gestion humana, una gran tarea

Gestion humana, una gran tarea

Gestion humana, una gran tarea

La naturaleza del área de gestión humana ha de ser siempre dinámica. Por tanto, el directivo trabaja en un ambiente de continuos desafíos.

Están los paradigmas y tendencias, la convergencia de las generaciones con estilos de actuación muy marcados y significativos, las funciones, las diferentes disciplinas y todo lo que implica el entorno externo e interno de las organizaciones.

No es casualidad, que uno de los factores que hace sinérgica y sumamente interesante esta área, es la confluencia de manera amigable que se da en la variedad de profesiones que concurren en la misma; administradores, psicólogos, ingenieros industriales, abogados entre otras., siempre y cuando adquieran los conocimientos necesarios que exige este perfil profesional.

Gestionamos más de cinco subsistemas: Reclutamiento y selección de personal, capacitación y desarrollo, compensación y beneficios, relaciones laborales, salud e higiene en el trabajo, registro y control.

Tratamos un sinfín de tareas transversales, estudios de satisfacción y clima organizacional, estadísticas internas, comunicación interna, evaluación de desempeño, diversos planes y proyectos. Todo tipo de actividades con el personal. Como citara el psicólogo americano Abraham Maslow, en su famosa Teoría de las Necesidades “Una necesidad satisfecha no es motivadora.”

Partiendo de esta premisa, nuestro accionar demanda creatividad, cada actividad por pequeña que sea debe estar atada indefectiblemente a algo genuino, un modelo creativo, aplicable a nuestro ambiente laboral.

Una realidad evidente que enfrenta el gestor de RRHH es que persisten ciertos conflictos de “staff “y de línea con relación a las funciones que realiza en contraposición a lo demás integrantes del equipo. La psicología de Jung nos explica este aspecto del inconsciente, los egos y los diferentes arquetipos que no siempre funcionan en sintonía para lograr consenso y hacer más ágiles las metas institucionales.

Es ineludible el rol del gestor de RRHH de convertirse en figura estelar de alta capacidad, calidad y compromiso. Debemos repensar criterios de requerimientos y reconocimientos que en la actualidad son obsoletos carentes muchas veces de garantías productivas como son: especificar muchos años de experiencias para la selección del candidato ideal, tipificar altos cargos con relación a la edad, dirigir con paternalismos etc., aspectos como el establecimiento de una cultura organizacional no alineada a lo misional, ausencia de la meritocracia, planes estratégicos sin una visibilidad del recurso humano educado en valores son signos fehacientes de debilitamiento en ambientes laborales no saludables.

La profesionalización del especialista en gestión humana debe estar orientada a desarrollar las habilidades blandas en consonancia con las habilidades duras, escudriñar sistemas de empleos novedosos y más flexibles, examinar acompañamientos de gestión, como podría ser Coaching, procesos de Mentoría, la Marca Personal.

Estas herramientas conducen de manera más expedita a combinar mejor las generaciones para el trabajo efectivo, el liderazgo para el cambio, la cooperación para robustecer los mecanismos de consecuencias y rendición de cuentas.

No hay fórmula exacta en estos momentos o herramienta gerencial perfecta. Lo que si puede ser útil es como recibimos estos cambios bruscos, como los asimilamos, adaptamos y comprendemos. Para eso es necesario una buena inteligencia emocional, que nos permita eficaces estructuras perceptivas de que lo vemos, escuchamos y sentimos.

Un buen contexto laboral supone la declaración de la misión, visión y valores, organizacionales como la brújula que nos guía, donde se consagra la razón de ser de la institución. Estos enunciados facilitan la lectura de las partituras que todos debemos entonar.

Hoy en día, son de gran ayuda tres conceptos claves para los directivos de gestión humana en el contexto global: Cosmovisión para dar la mirada lo más amplia posible; Desaprender para hacer una descodificación de patrones establecidos generando espacio y dando entrada a nuevos conocimientos; y Metacognición para la transformación y elevación de los saberes, que será el aporte valioso que hará la diferencia en nuestro accionar.



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