Silem Kirsi Santana
Gerenciar es una habilidad vital en cualquier organización, independientemente de su tamaño o sector. A menudo, se asocia con la administración de recursos, la planificación de tareas y la supervisión de equipos. Sin embargo, gerenciar con propósito va más allá de estas funciones básicas; se trata de inspirar y motivar a los miembros del equipo a alcanzar sus objetivos de manera genuina.
Cuando un gerente establece una visión clara y significativa, brinda a su equipo un rumbo hacia el cual caminar. Las personas son más propensas a contribuir con entusiasmo cuando creen en la misión de la empresa y comprenden cómo su trabajo individual se conecta con objetivos más amplios. Un liderazgo que fomenta la autenticidad y la confianza es crucial.
Los líderes que se comunican abierta y honestamente con su equipo generan un ambiente en el que todos se sienten seguros para expresar sus ideas y preocupaciones. Este tipo de comunicación no solo fomenta la colaboración, sino que también permite que los empleados se sientan parte integral del proceso de toma de decisiones. Cuando los equipos se sienten escuchados, su motivación y satisfacción laboral aumentan significativamente, lo que a su vez mejora la productividad.
Por otra parte, gerenciar con propósito implica reconocer y celebrar los logros, tanto individuales como grupales. El reconocimiento no tiene que ser ostentoso; a menudo, una simple palabra de agradecimiento o la mención de un buen trabajo en una reunión puede tener un impacto profundo. Estos pequeños gestos fortalecen el sentido de pertenencia y lealtad hacia la organización.
Los equipos que se sienten inspirados no solo buscan cumplir con las metas de la empresa, sino que también se comprometen a hacerlo de manera responsable y ética. Esto no solo mejora la reputación de la organización, sino que también garantiza un impacto positivo en la comunidad y en el medio ambiente.
Gerenciar con propósito es esencial para lograr que un equipo no solo alcance sus metas, sino que lo haga de manera genuina y satisfactoria. Al cultivar un entorno de confianza, reconocimiento y ética, los líderes pueden transformar la cultura organizacional, promoviendo un compromiso auténtico que lleve al éxito sostenible.
