Su historia, de la probreza hasta llegar a la franquicia más rica de las Grandes Ligas, ha convertido al dominicano Gary Sánchez en la pieza principal de la era post-A-Rod de los Yankees.
Es la nueva cara de la organización, un jugador que los fanáticos pagarán por ver. Sus comienzos humildes y su compromiso con ser un grandesligas le da al equipos pocas preocupaciones cuando se trata de una racha negativa en su segunda temporada.
Los Yankees ya no tienen que decirle a Sánchez que tiene que seguir trabajando. Han visto su dedicación en los últimos dos años y esperan que así continúe.
Lo que no necesariamente esperan es que Sánchez sea tan increíble como lo fue en sus 53 partidos como novato. “Yo no creo que uno puede repetir ese tipo de año”, dijo el gerente general de los Yankees, Brian Cashman.
“Eso es casi imposible”. Ahora a sus 24 años Sánchez tiene la oportunidad de ser un Todos Estrellas esta temporada. Y si llege siquiera cerca del ritmo del año pasado — cuando pegó 20 cuadrangulares en 53 partidos — el cielo es el límite.
Sánchez es un talento elite, pero eso no significa que será un éxito.