Parece haber consenso en la necesidad de una reforma fiscal inmediata en República Dominicana y casi siempre se le acompaña del apellido: “integral”.
Lo de “integral” quiere decir que no se trata solamente de subir o aumentar impuestos, sino también de eliminar algunos tributos improductivos, simplificar el cumplimiento de los compromisos tributarios y revisar el gasto.
Somos de opinión que ese “revisar el gasto” no significa reducirlo, sino mejorar la calidad del gasto público.
La economía dominicana necesita de un Estado gastador, pero también el desarrollo requiere que se gaste correctamente.
Así como planteamos simplificar la gestión, también se puede simplificar el Estado para que haya más dinero y así gastar en otros renglones.
Por ejemplo, se puede fusionar los ministerios de Educación y el de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, dejándolo sólo en el aspecto de implementación de políticas educativas, planificación, evaluación y supervisión.
Las funciones propias de Bienestar Estudiantil pueden ser parte del presupuesto descentralizado de cada escuela y que un departamento de Educación lo supervise.
También pueden fusionarse los ministerios de Deportes y el de la Juventud; o los de Industria y Comercio con el de Turismo; los ministerios de Cultura y el de la Mujer pueden ser direcciones de otros ministerios, y así por el estilo con muchas otras dependencias.
Sólo aportamos ideas para un ejercicio que puede verse en esta corriente de reformas.