Fundación Juan Bosch condena golpe de Estado contra Dilma Rousseff

Fundación Juan Bosch condena golpe de Estado contra Dilma Rousseff

Fundación Juan Bosch condena golpe de Estado contra Dilma Rousseff

Brazilian President Dilma Rousseff attends the launching ceremony of a new stage of the state-subsidized housing program at Planalto Palace in Brasilia on May 6, 2016. A special committee in Brazil's Senate was to vote Friday on whether to recommend starting an impeachment trial against President Dilma Rousseff who faces being suspended from office in less than a week. / AFP / EVARISTO SA

SANTO DOMINGO.- La Fundación Juan Bosch condenó y repudió categóricamente el plan de golpe de Estado contra la presidenta de Brasil Dilma Rousseff  y  rechazó  todo intento por legitimar al presidente de facto Michel Temer.

Asimismo,  llamó a desconocer de manera rotunda a los usurpadores y sus promotores, hasta que se restablezcan las instituciones y las normas democráticas brasileñas.

«No por anunciado el golpe de Estado contra Dilma Rousseff, la presidenta democráticamente electa en Brasil, éste ha dejado de conmocionar al mundo», precisó la entidad en un comunicado.

Indicó que de todas partes, incluyendo la OEA, la Secretaría General de UNASUR, sectores políticos diversos, comunicadores y personalidades decentes, se ha elevado un clamor de repudio y rechazo ante lo que, a todas luces, es una nueva puesta en ejecución, con hoja de parra “legislativa” y el velo de recursos seudo-jurídicos, del golpe militar gorila que el 31 de marzo de 1964 derrocase al presidente Joao Goulart, apenas seis meses después de la asonada que derrocó en República Dominicana al presidente Juan Bosch, también electo democráticamente por abrumadora mayoría.

Refirió que en el caso actual la situación es aún más repudiable. Junto con la terquedad fascista con que la mayoría de los legisladores brasileños disimulaba los verdaderos intereses en juego.

«Se utilizó una cascada de palabras huecas, acusaciones sin base jurídica alguna, campañas difamatorias de prensa, traiciones, componendas viles, sobornos y cooptaciones, todo bajo el aliento directo de la nueva ofensiva antidemocrática y antipopular en la región, para detener e intentar revertir los procesos de democratización, justicia social, autodeterminación y liberación de los pueblos latinoamericanos y caribeños, de los que hemos sido testigos en las últimas décadas. Tanto la corrupta oligarquía brasileña, como quienes la apadrinan, saben de sobra el papel central que juega Brasil en estos cambios», sostuvo.

Afirmó que este golpe de Estado es también un golpe contra la integración latinoamericana, contra UNASUR y contra la CELAC, nuevas instancias de unidad que ponen en juego la posibilidad de una geopolítica más equilibrada entre las regiones y naciones del mundo.

«Hacemos nuestras las palabras de la Secretaría General de UNASUR y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en virtud de que no se puede utilizar un recurso impropio e inexistente en los sistemas constitucionales y los Estados de Derecho de América Latina, para que, por vía parlamentaria, se desconozca y suplante de forma autoritaria e ilegal la voluntad mayoritaria de los ciudadanos que eligieron como jefa de Estado a Dilma Rousseff», agregó.

Denunció que el hecho de que esto ocurra en Brasil es parte de una ofensiva de golpes de Estado de nuevo tipo que vienen siendo perpetrados primero en Honduras en 2009 contra el presidente Manuel Zelaya, en 2010 la intentona contra el presidente Rafael Correa en Ecuador, luego en Paraguay en 2012 contra el presidente Fernando Lugo y ahora en Brasil contra la presidenta Rousseff. Claramente no es un hecho fortuito ni casual.

Recordó que el pueblo brasileño, el Partido de los Trabajadores, el ex presidente Lula Da Silva y la propia Dilma Rousseff vienen de una larga y abnegada lucha contra los golpistas. «Por ellos fueron antes reprimidos, asesinados, desaparecidos, encarcelados y torturados. De esa epopeya han sacado la fuerza, la dignidad y la combatividad que causan pavor en los golpistas y les anuncia que la lucha del pueblo brasileño por la democracia recién comienza, en las calles y en las instancias institucionales».

 



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