SANTO DOMINGO.-La Fuerza Boschista del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) El consideró hoy que el gobierno dominicano y el liderazgo social deben fijar «una posición firme, valiente e histórica» sobre la crisis generada en Haití tras el asesinato del presidente Jovenel Moise.
«El magnicidio en Haití rebosa la copa de la terrible e histórica crisis de ese estado fallido dominado por el narcotráfico, el contrabando, la corrupción, la violencia, el secuestro, la injusticia social, el crimen organizado y sobre todo la pobreza y la miseria de la inmensa mayoría del pueblo, y en consecuencia una explosión social y o guerra civil es lo que se espera “crónica de una muerte anunciada», dijo Luis de León, presidente de la Fuerza Boschista.
Dijo que el gobierno y el pueblo dominicano lamentan profundamente el asesinato del presidente Jovenel Moïse, y se ha solidarizado con el dolor de su hoy viuda esposa al tiempo de desearle una pronta recuperación.
De León dijo que ante una crisis de consecuencias impredecibles en Haití, República Dominicana es el país mas perjudicado «por el odio y el prejuicio de la oligarquía que esclaviza su pueblo, por los propósitos históricos de Estados Unidos, Francia y Canadá de unificar a los dos países», además de que ante la espantosa pobreza, la única salida que plantea la llamada comunidad internacional junto a los poderosos explotadores del pueblos haitiano, es abrir de par en par la frontera dominicana.
La fuerza Boschista del PLD exhortó al presidente Luis Abinader para que con carácter de urgencia, «antes de que la crisis explote a su máxima expresión, convocar a los sectores políticos, económicos, empresariales, religiosos, sindicales y sociales en sentido general, a los fines de que se suscriba una posición de nación, de respeto a la soberanía, la constitución, al pueblo y al gobierno dominicano».
Exhortó a releer a Juan Pablo Duarte y al profesor Juan Bosch, «quienes nos orientan e instruyen qué hacer en este momento coyuntural de la espantosa crisis social y humana de la Republica de Haití».
Gobierno, sociedad y pueblo, unámonos en una posición que vaya más allá de la política de buen vecino, siempre solidario, a quien Haití ha mancillado numerosas veces su soberanía y Constitución.
Coloquémonos todos en una sola línea de dirección, de observación y de alerta, de inteligencia, sabiduría, prudencia y sobre todo valentía.
Juan Pablo Duarte nos lo recuerda todos los días en cada hora, en cada minuto y segundo: “La República Dominicana es libre, soberana e independiente de toda potencia extranjera…”