El escándalo de la difusión del vídeo pornográfico en una pantalla publicitaria en la avenida 27 de Febrero no debe resolverse solo con una multa establecida por las autoridades del Distrito Nacional, sino que se necesita una investigación y también de una explicación sobre ese bochornoso espectáculo.
Hay que establecer sanciones contra los posibles responsables del indelicado incidente, ya que pudo ser observado por menores de edad que estuvieron acompañados de sus padres.