Si la hipótesis física de los mundos paralelos que tanta fuerza ha adquirido en el cine en los últimos años fuera cierta, entonces hay por ahí un Frank Rainieri Marranzini con carrera política, un agrónomo, uno que es militar y un hermano de La Salle.
Y aunque tenía aptitudes para cada una de ellas, su misión de vida, el saber aprovechar las oportunidades y la persistencia, le convirtieron en el principal promotor del más importante destino turístico de República Dominicana: Punta Cana.
Cincuenta y dos años de carrera empresarial no parecen haber mermado las energías del adolescente al que Francisco y Venecia (sus padres), enviaron fuera del país luego de la gesta del 14 de junio de 1959, evitando el desenlace que tuvieron muchos de los que se atrevían a pensar pasionalmente en los últimos años de la dictadura y posteriores.