Juan Mercado
La reacción del ministro de Deportes, Francisco Camacho, por las críticas que hizo la atleta Marileidy Paulino fue súper errónea.
Volvió a evidenciar que no tiene a nadie a su lado que le aconseje cómo manejarse en este tipo de situaciones.
Fue penoso que Camacho publicara un comunicado para sacarle en cara a Paulino los aportes económicos que le ha hecho como premio por sus excelentes actuaciones y luego escuché una desastrosa participación del ministro en el programa radial “El Sol de la Tarde”, donde incluso llegó a señalar que esos ataques tenían un matiz político, es decir, que la están utilizando en esa dirección, algo que aunque lo considere cierto no debe decirlo.
El veterano político Rafael-Fafa- Taveras, de la misma parcela de Camacho, inmediatamente al darse cuenta del error del ministro, a quema ropa, le dijo que su reacción frente a Paulino no se corresponde con el grado real de lo que esta atleta representa. “A propósito de que ella hizo una crítica tu le has respondido con todo, porque te has sentido tocado por su crítica”.
Taveras resaltó que existe un déficit en la divulgación de las cosas prácticas de los ministerios. “Todo lo que tu has dicho pudo haber sido conocido por nosotros y no fue así. Ten más paciencia y trata de hablar directamente con ella”, le aconsejó Taveras a Camacho.
La realidad es que el fallo de Camacho ha sido enorme con relación a Paulino. Lo primero es que Marileidy es la atleta más laureada de la gestión de Camacho, razón por la que debió convertirla en su embajadora.
Si Paulino llegó el fin de semana, a más tardar el lunes debió ser llevada por Camacho al Palacio para que el presidente de la República, Luis Abinader, compartiera con ella y luego acompañarla en una rueda de prensa en su ministerio.
Escuchar todas sus demandas y tratar de resolverlas. Sin embargo, volvió a dejar que el Comité Olímpico le llevara la delantera y ahí está cosechando los resultados.
