Santo Domingo.-El narcotraficante Rolando Florián Féliz, asesinado por un capitán de la Policía Nacional en la cárcel de Najayo, recibió seis disparos por la espalda.
Este fue el principal elemento utilizado por el Tribunal Colegiado de la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia de San Cristóbal para declarar culpable de homicidio voluntario al capitán Lino de Oca Jiménez, a quien condenó a ocho años de prisión.
De Oca Jiménez alegó que mató Florián Féliz en defensa propia, luego de que éste le agrediera con un arma blanca cuando le exigía que despachara a dos mujeres que lo acompañaban en la celda, incluyendo una menor de edad.
Sin embargo, el tribunal, presidido por la magistrada Biurkis Milanés pudo comprobar que el oficial no estaba armado cuando recibió la agresión, sino que caminó unos 30 metros fuera de la cárcel y buscó la pistola del teniente coronel Francisco Pulinario Rodríguez, con la que la emprendió a tiros contra el fenecido narcotraficante.
Por el hecho también estaba sometido Pulinario Rodríguez, no obstante, éste no pudo ser juzgado, porque murió junto a su hijo menor y un cabo de la Policía en un accidente de tránsito en la autopista 6 de Noviembre.
El tribunal, además, acogió como válidas las declaraciones de los testigos, quienes aseguraron que el recluso estaba prácticamente desarmado cuando fue asesinado, hecho ocurrido en 2009.
Florián Féliz fue condenado a 20 años de cárcel por la posesión de 953 kilos de cocina en el barco Phoenix, de los cuales llevaba cumplidos 15 años.
Al narcotraficante también se le atribuye haber mandado a matar al hijo del exsenador Augusto Féliz.
Imputado pagará tres millones
El Tribunal Colegiado del Distrito Judicial de San Cristóbal, además de condenar al capitán Lino de Oca Jiménez a ocho años de prisión, los cuales deberá cumplir en la cárcel de Najayo, también le impuso el pago de una indemnización de tres millones de pesos, de los cuales un millón 500 mil serán para los hijos del fenecido narcotraficante, un millón para la madre y 500 mil para la esposa.
El imputado guardaba prisión domiciliaria desde hace más de un año, también se le había impuesto una garantía económica de 100 mil pesos y presentación periódica.