Finlandia es un buen lugar para vivir si uno trabaja en el sector público.
Pero las leyes que protegen a los empleados municipales de la dura realidad de una economía inestable agravan la carga de deuda de un país cuya calificación crediticia fue rebajada hace sólo dos meses.
En algunas ciudades, no se puede despedir al personal del sector público hasta fines de 2022. Entretanto, la deuda de los gobiernos municipales de Finlandia se ha triplicado a 16,300 millones de euros (US$20,000 millones) desde 2000. Crecerá otros 10,000 millones de euros para 2018, calcula el Ministerio de Economía.
“El gobierno y los municipios tienen el mismo problema: la base de ingresos colapsó mientras que los gastos siguieron creciendo”, dijo telefónicamente Anssi Rantala, economista principal de Aktia Bank Oyj.