Fin de un contrato abusivo en extremo

Fin de un contrato abusivo en extremo

Fin de un contrato abusivo en extremo

El contrato para la concesión de la Autovía del Nordeste, conocida como “carretera a Samaná”, tendrá que pasar a la historia como uno de los peores negocios hecho por gobierno alguno en la República Dominicana.

Nadie podrá explicar nunca cómo algún representante del Estado dominicano pudo promover o firmar algo tan lesivo para el interés nacional.

De igual manera, el Estado debe proscribir para siempre a los entes privados partícipes de esa estafa amparada en contratos leoninos.

El Gobierno ha logrado, a base de intensas negociaciones y un gran sacrificio económico, librar al Estado de un lúgubre “peaje sombra”, que solo en un año implicaba erogaciones de hasta siete mil millones de pesos para compensar ganancias monumentales a una empresa.

Las condiciones eran tan onerosas que lo pagado para rescindir el contrato de manera “amigable” se recuperará en 3.5 años y además producirá al Estado un ahorro de US$2,025 millones.

Celebramos el fin de ese contrato de concesión de la Autovía del Nordeste y esperamos que jamás vuelvan a producirse aberraciones como la que hoy llega a su fin, pero no sin que tuviera un alto costo para las finanzas de un país pobre.