Santo Domingo.- Feligreses de la Parroquia Nuestra Señora de América Latina realizaron ayer su primera Tarde de Té, con el objetivo de recaudar fondos para la terminación del templo, ubicado en la avenida Los Restauradores, en Sabana Perdida.

Más de 500 personas, incluyendo los fieles, disfrutaron de una cálida tarde donde la elegancia y alegría adornaban las 50 mesas que habían acomodado dentro y fuera de la iglesia.

Las palabras de bendición de la actividad estuvieron a cargo del diácono Rogelio Cabrera, mientras que el párroco José Alberto Vargas Salazar dio las palabras de bienvenida.

Vargas Salazar dijo que la actividad no solo busca la cooperación de la comunidad sino que se está depositando un voto de confianza en los fieles y los exhortó a creer en si mismos para obtener grandes logros.

«Lo que estamos haciendo es depositar un voto de confianza, es creer en nosotros mismos, es creer que el poderoso está con nosotros y en su nombre podemos realizar lo que nos proponemos. Con la ayuda de Dios y de cada uno de las personas que vienen a esta comunidad, este templo en el nombre de Jesús los vamos a terminar», expresó.

Las carcajadas y aplausos describían la emoción de los fieles al escuchar la conferencia dictada por el psicólogo Puro C. Blanco, quien abordó el tema «Valores humanos, la alegría».

El psicólogo Puro C. Blanco mientras impartía charla sobre la alegría a los feligreses.

De forma divertida, Blanco animaba a los comunitarios quienes a la vez degustaban de una taza de té, bizcochos, picaderas, frutas, vino, entre otras.

El conferencista dijo que «la alegría es una necesidad fundamental del ser humano. Vivir con alegría en la sociedad moderna es un desafio, ya que la sociedad está lastimada por profundas divisiones, desesperanzas y tristezas».

Sin embargo, fue la agrupación «Lo bueno queda» que puso a bailar a la «juventud acumulada» a ritmo de boleros como «Baja y tapa la olla», «Sarandonga» y «Sin un amor».

Los feligreses se divirtieron mientras eran premiados tras competir en varias categorías y cerraron la noche bailando con olor a té.