
Cómo no se van a ilusionar los tifosi? Para que quede claro, en Italia hay tres cuestiones que son sagradas: la selección Azzurra, el Papa y Ferrari. Sí, la pizza, la pasta, todo lo que quieran, pero nada como esas tres.
El GP de Italia, en Monza, es casi una misa sagrada que cada año convoca a miles de files, quienes cargan su mochila antes de ir al autódromo con la ilusión de vivir una fiesta de la Scuderia. Ni siquiera cuando el equipo viene de capa caída como en 2025, sin triunfos ni chances de pelear por un título, la llama de la esperanza se apaga por completo.
El evento que el Cavllino organizó el jueves en pleno centro de Milán, con el espectacular Duomo de fondo, fue una muestra cabal: Lewis Hamilton y Charles Leclerc fueron aclamados por miles de fanáticos. Desde un balcón, la dupla Rossa, con ropa azul, saludaba a la multitud. Nada apaga esa ilusión. Ni siquiera que Lando Norris haya sido el más veloz den el primer día de las 16ª fecha.
A nadie sorprendió que el inglés lograra el mejor tiempo, por más que hasta perdiera uno de los espejos del su McLaren en el intento. Y sí, si los de Woking viene desfilando en la 76ª temporada del Mundial. Pero los tifosi en la tribuna se codeaban a al mañana tempranito, cuando Hamilton clavaba el mejor tiempo de la tanda inicial, seguido por Lerclerc. ¡1-2 de Ferrari en casa! Es que en la misa de Monza hay vibras que hacen rendir a los autos rojos cuando nadie da dos pesos. Tal vez el espíritu de Niki Lauda, a quien se homenajea en esta carrera al llevar los SF-25 decorados como aquel 312T con el que el austríaco fue campeón en 1975.
Lando, quien viene de sufrir un golpe directo a su ilusión de ser campeón con al fallo de su MCL39 en Zandvoort, lideró el día con 1m24s274. Leclerc lo siguió muy cerca, a tan solo 83 milésimas. Y Carlos Sainz, sí, el español de Williams, se sumó a la fiesta del viernes italiano al ser tercero, a 96. Tal vez la vibra de expiloto de Ferrari todavía le da cierta aura en Monza. Vaya uno a saber.
Piastri, el líder del Mundial, quedó cuarto, a 181 de Norris. ¿El australiano está afuera de la batalla del fin de semana? Stop. Si usted piensa eso, tómese un rato, ponga Disney Plan Premium, prepárese algo para tomar tranquilo y repase el GP de Países Bajos de la semana pasada. Porque Piastri empezó así, lejitos, complicado, vio, y de repente, cuando llegó la clasificación hizo la pole y después ganó la carrera. Norris no se confía, nadie se confía. Oscar va a pelear por la pole este sábado, no hay dudas.
El británico y el monegasco pusieron al frente al la Scuderia en su casa, durante la práctica 1.
Hamilton cerró quinto el día, con alguna queja de pérdida de potencia en la parte final. El inglés, la fulgurante incorporación de Ferrari para este año, tiene un adoquín en el bolsillo: deberá penalizar con cinco lugares por una sanción que acarrea de Zandvoort. Si el inglés quiere subir por primera vez a un podio vestido de rojo, y nada menos que en Monza, deberá luchar por el 1 este sábado.
Los hinchas de Ferrari se ilusionan, pero saben que se trató solo de entrenamientos. Los que saben de este tema llamado F1 saben que hay un tal Max Verstappen que pasó un tantito inadvertido el viernes, pero cuando la cosa se ponga caliente, ahí aparecerá. Esta historia continuará en unas horas, cuando llegue la clasificación. Los tifosi volverán a Monza con la mochila desbordando de ilusión. Habrá que ver si los golpea la realidad de un 2025 aciago o si esa vibra que genera su misa estira el sueño hasta el domingo.