
Santo Domingo.-Dados los efectos del cambio climático, ningún fenómeno meteorológico debe sorprender a la humanidad, y sobre todo nadie debe quedarse de brazos cruzados sin tomar las medidas preventivas que demandan las repentinas y voluminosas lluvias torrenciales que caen hoy.
De ahí que, aunque la temporada ciclónica inició en junio y concluye en noviembre, justo en este punto intermedio los fenómenos extremos, como huracanes y tormentas, y la llegada de la canícula, período en el que se registran las más altas temperaturas, preocupan a expertos en la materia.
La inquietud se basa en que, para esta temporada 2025, la amenaza de ser impactados por alguno de esos fenómenos está por encima de la media de los últimos años, y sus impactos podrían poner en situaciones de riesgo a millones de personas en toda la región.
“Según anunció la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA), este año podría haber entre 13 y 19 tormentas con nombre, de las cuales entre 6 y 10 podrían convertirse en huracanes, y 3 a 5 alcanzar la intensidad de huracán mayor, es decir, de categoría 3 o superior; y la NOAA tiene un 70 % de confianza en este pronóstico”.

Osiris de León, ingeniero especialista en geociencias, sismicidad y prevención de desastres, insistió en que la adecuada preparación ante las tormentas y huracanes es una prioridad para los residentes en zonas bajas propensas a inundaciones, y en zonas costeras expuestas a impactos de vientos directos, ya que la temporada afecta principalmente la región centroamericana, el Atlántico Norte, el mar Caribe y el golfo de México.
En estas zonas, indica, los habitantes deben estar conscientes de los riesgos propios de cada temporada y tomar las medidas preventivas, y las comunidades deben educarse y familiarizarse con los pronósticos para reaccionar eficazmente ante cualquier impacto.
Canícula
El Comité Regional de Recursos Hidráulicos del Sistema de Integración Centroamericana (CRRH SICA), en coordinación con los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales de Centroamérica, en su informe, hizo un llamado de atención ante la inminente llegada de la canícula 2025, fenómeno climático que se caracteriza por una disminución temporal de lluvias y un aumento en las temperaturas, en plena temporada lluviosa.
Según los informes presentados, este período inició en la segunda quincena de julio y se extenderá hasta septiembre, afectando con mayor intensidad a la región del Corredor Seco Centroamericano, donde se espera una reducción considerable en la frecuencia e intensidad de las precipitaciones, con riesgo de sequía meteorológica.
Destacó que, para enfrentar los riesgos climáticos y generar organización comunitaria, los actores del área deben promover el fortalecimiento de los sistemas de alerta temprana para generar una mayor resiliencia.
Webinar
— Impacto en la región
Para fortalecer los sistemas de alertas, este día 13 los expertos José Ramón Ávila, José Ma. Rubiera, Luis Gamarra, Osiris de León, Fernando Guasch, Blanca Meléndez y Enrique García tendrán foro virtual regional.