Se ha explicado, con bastante claridad, a qué se debe el fenómeno de la inflación de los commodoties al nivel internacional y su impacto en los precios a escala local.
Productos como combustibles, los aceites vegetales, el maíz, la soya y el sorgo impactan directamente en los precios de la harina y sus derivados, las carnes de pollo, de cerdo, de res y los huevos.
La redinamización al nivel mundial de la industria de la construcción también genera presión en productos como el acero y el clínker con el que se fabrica el cemento.
El petróleo es materia prima de las tuberías pvc y del combustible con lo que se mueve casi todo.
Frente a esos fenómenos es poco lo que desde República Dominicana se puede hacer, pues no somos productores de casi ninguno de esos commodities.
Sin embargo, resulta alentador que los principales sectores económicos de la nación hayan respondido a la convocatoria del presidente Luis Abinader para hacer lo que se puede hacer ante las alzas en los precios.
Es tiempo de reducir márgenes de beneficios, hacer más eficientes los procesos, recortar cadenas de intermediación y desterrar cualquier asomo de especulación.
Pero también es la hora del campo.
Se dio un paso importante en el Palacio.
