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La Federación Inglesa de Fútbol abrió ayer una investigación sobre un creciente escándalo de abusos sexuales a menores para descubrir qué clubes profesionales tenían conocimiento de los delitos cometidos por los entrenadores y qué acciones debieron haberse tomado.
El ente rector del fútbol inglés no abrió pesquisa alguna cuando Barry Bennell, el técnico en el centro del escándalo, que estuvo ligado al Manchester City y al Crewe Alexandra, fue condenado en 1990 en Estados Unidos y Gran Bretaña por acosar sexualmente a jugadores.