Si las críticas que algunos han hecho a la ministra de Interior y Policía, Faride Raful, son por ser mujer en el accionar de agentes de la Policía en la persecución del ruido y la incautación de equipos de sonidos, entonces la mayoría del país debería abogar porque el Presidente designe en más puestos claves a mujeres que tengan los pantalones bien puestos, como ha demostrado Faride.
No es por ser mujer
Hay mujeres diciendo que los ataques a la ministra son porque es una mujer y según ellas, no se puede ver a una mujer haciéndolo bien, algo que luce descabellado, y la mejor muestra es la vicepresidente Raquel Peña, a quien nadie critica, y quien además de ser mujer, ha realizado una labor digna de admirar desde que asumió como la segunda del Estado.
Cumplir la norma
Lo que ocurre con las críticas a Faride, más bien se le pudiera atribuir a que, como este es un país en el que impera el desorden y ella llegó con la misión de ordenar las áreas de su competencia, eso genera resistencia de quienes prefieren ese modelo.
Y claro, hay agentes de la Policía que se exceden y cometen abusos, llevándose bocinas hasta apagadas y fuera de horario, lo cual, si también violenta la norma, como lo anterior, tampoco debe ser permitido.