Farandulerismo mediático judicial

Farandulerismo mediático judicial

Farandulerismo mediático judicial

No son uno ni dos los que se dedican a eso. Muchos, más de lo que se piensa. Antes lo cotidiano era andar por los pasillos del Palacio de Justicia de Ciudad Nueva en busca de clientes para defender en los tribunales o sacarlos de los sucios barrotes de la cuarta planta, sobre todo con casos penales.

Ahora se recorre la Suprema, la Procuraduría y otras instituciones judiciales para ofrecer la bulla mediática como plus en los casos, para agarrar por el brazo a imputado o sus familiares.

Sé de abogados que se apersonan a lugares donde hay embargos, allanamientos, ocupaciones y otras para ofrecer bulla en la prensa. Se exponen para que las cámaras les toquen.

Hay oficinas de abogados, muchas de gran reconocimiento, que entre sus paquetes legales ofrecen mediatizar sus casos. Y hay algunas que andan detrás de casos impactantes y fáciles de convertir en noticia, como funcionarios involucrados en acosos y violaciones, empresarios, peloteros, artistas, figuras públicas, invasiones de terrenos y demás.

Una de las grandes debilidades para los clientes que contratan abogados y oficinas con estas fortalezas es que se concentran más en el juicio paralelo de los medios y la opinión pública, y descuidan plazos procesales, argumentos jurídicos y defensas bien orquestadas, en perjuicio de imputados que resultan con condenas producto del “farandulerismo” de sus casos sus sustancias jurídicas y seguimientos como mandan los códigos procesales.

Lo cierto es que la industria mediática de la justicia está en pie y muchos abogados se adhieren a ella.

Aspiran algunos abogados a ganar en el campo de batalla mediática, habida cuenta de que pueden presionar con esto decisiones de jueces y tribunales castigados por el juicio severo de la opinión pública.

Llevar la opinión pública es un campo técnico llevado por profesionales y experiencia de muchos años de ejercicio. No es farándula o tener un amigo o amigos periodistas.

Aquel imputado que se ve en el paredón de la opinión pública debe defenderse, pero ojo… abogados mediatizados no garantizan estrategias certeras, argumentos y exposiciones.

Escoger un buen vocero define la buena percepción de la audiencia. Es quien debe decir lo estratégico aportando su peso profesional. Hay que saber cuándo debe hablar el imputado y cuándo no, por ejemplo.

Animo a los abogados que se desviven por mediatizar sus casos que se orienten, contraten profesionales con buen manejo de crisis mediáticas y estrategas que compactarán paralelamente sus estrategias jurídicas con las de convencimiento de la audiencia y los tomadores de decisiones.

Y a los imputados les digo: defiéndanse en la opinión pública cuando los ataquen, pero con técnicos y profesionales del área, sin dejarse seducir por los espejitos vendidos por muchos y el “farandulerismo” de sus casos.

Agradezco me envíen sus comentarios a prensapedroangel@gmail.com y por WhatsApp (829) 962-7586.

 



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