Santo Domingo.- El Fondo de Las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) culmina con éxito un innovador proyecto para apoyar a productores vulnerables víctimas de la fiebre porcina africana en la República Dominicana. Nuevas alternativas de ingresos, mitigaron el impacto económico y social de esta devastadora enfermedad.
El proyecto se centró en proporcionar ovejas y cabras como medios de producción alternativos para evitar los riesgos zoosanitarios asociados con la repoblación porcina, mientras persista el virus en el país. La implementación se enfocó en provincias estratégicas donde cientos de productores vulnerables dependían en gran parte de sus ingresos de la crianza de cerdos de traspatio. Hoy, en más de 150 fincas, se ha demostrado su eficacia, con un crecimiento del 24% en la masa animal y una tasa de supervivencia superior al 70 por ciento.
En julio de 2021, la República Dominicana se enfrentó a una crisis en su sector porcino debido a un brote de fiebre porcina africana (PPA), afectando gravemente a más de 50,000 empleos y una infraestructura valorada en millones de dólares. En respuesta a esta situación, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), junto a el Ministerio de Agricultura y con financiamiento de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), implementó un proyecto innovador para apoyar a los pequeños productores porcinos afectados.
Rodrigo Castañeda, Representante de la FAO en República Dominicana, señaló: “Nuestro enfoque no solo combatió la propagación de la PPA, sino que también ofreció soluciones sostenibles a las comunidades afectadas, promoviendo la resiliencia a largo plazo”.
Jesús de los Santos, coordinador del proyecto Bioseguridad del Ministerio de Agricultura, destacó que: “La colaboración internacional fue clave en este proyecto. Compartimos conocimientos y desarrollamos estrategias efectivas que han sido fundamentales para enfrentar esta enfermedad.”
El proyecto, que promovió la generación de nuevas actividades económicas, ha transformado las vidas de miles de familias en las regiones más afectadas, proporcionando: diversificación de ingresos, reemplazando la producción de cerdos por chivos, sostenibilidad ambiental a través de la promoción de prácticas agrícolas que mejoran la salud del suelo y resiliencia comunitaria y el fortalecimiento de las capacidades locales para enfrentar futuros brotes.
El impacto positivo del proyecto se refleja en testimonios como el de Josué Enmanuel Santos, productor de Samaná, quien afirmó: “He tenido diferentes procesos en los cuales he aprendido mucho. El mejor momento que tuve fue cuando vendí mi primer cabrito nacido en mi corral, el cual a sus 6 meses tenía un peso promedio de 33 kg. Esta venta mostró la importancia del buen manejo y el cuidado de los mismos en colaboración e instrucciones que nos han proporcionado los profesionales de FAO.”
Deyaniris Salazar, productora de Nagua, provincia de María Trinidad Sánchez, también compartió su experiencia positiva tras las primeras ventas de sus chivos, lo que mejoró significativamente las condiciones de vida de su familia.
La utilidad del proyecto Medios de Vida va más allá de la recuperación económica y productiva de los pequeños productores. Su enfoque en mantener áreas despobladas de cerdos de manera permanente, representa una herramienta valiosa para abordar desafíos zoosanitarios y evitar la circulación viral.
Contexto y relevancia del proyecto
La fiebre porcina africana causó pérdidas devastadoras en la porcicultura dominicana, con más de 45,200 cerdos sacrificados. El gobierno destinó millones de dólares para apoyar a los productores afectados, y aun continua con un amplio programa para el control de la enfermedad.
Este proyecto es parte del Programa Nacional de Bioseguridad Porcina, que desarrolla el Ministerio de Agricultura con la asistencia técnica de FAO, cuyo objetivo es la recuperación y modernización del sector porcícola en República Dominicana. Los resultados han mostrado avances significativos, con más de 500 predios inscritos lo que equivale a más del 80 por ciento del sector productor que implementan planes de mejoramiento en sus granjas. Este proyecto, único en el mundo, se ha convertido en un modelo de articulación pública-privada y de coordinación estatal para mejorar la competitividad y productividad de la cadena de valor porcícola.
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