Familias claman justicia a un mes de la tragedia en Jet Set: “Perdí hijos, nietos, mi vida”

Por: Génesis García y Edilí Arias
Santo Domingo.– Velones encendidos, flores frescas mezcladas con marchitas y decenas de rostros marcados por el dolor fueron el telón de fondo de la misa celebrada este miércoles en la denominada zona cero, donde hasta hace un mes funcionaba la discoteca Jet Set.
Allí, entre fotografías, abrazos silenciosos y lágrimas contenidas, familiares de las víctimas se reunieron para honrar a sus muertos y exigir justicia.
«Una espada atravesó mi alma», gritó una madre mientras sostenía el retrato de su hija, una de las 233 personas que perdieron la vida tras el colapso del techo del popular centro nocturno la madrugada del 8 de abril.

La frase, cargada de dolor, se convirtió en el eco que envolvió la ceremonia oficiada por el padre Marino Alcántara, de la diócesis Padre Montesinos.
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A un mes exacto de la peor tragedia no natural en la historia reciente de República Dominicana, el espacio donde cada lunes se celebraba la alegría ahora es un santuario de duelo.

El concreto caído no solo aplastó cuerpos, también desgarró vidas enteras.
Cruzmer Del Villar de Díaz, abuela y madre de varias víctimas, lo expresó con crudeza: “Perdí hijos, nietos, mi vida en esta tragedia. Y todavía no hay un solo responsable tras las rejas”.
Del Villar fue tajante al hablar de su desconfianza en el sistema de justicia dominicano. «Ya hoy debieron haber apresado al dueño de la discoteca. Esto fue una negligencia y debe haber consecuencias», reclamó con voz firme.

Más de 189 personas resultaron heridas aquella noche. Según cifras preliminares, al menos 150 niños quedaron huérfanos y más de mil familias fueron directa o indirectamente afectadas.
El dolor, antes concentrado en la avenida Independencia, se ha extendido a hogares en todo el país, donde las ausencias siguen doliendo y las secuelas apenas comienzan a visibilizarse.
Justicia a una voz
Durante la homilía, el padre Alcántara elevó un fuerte reclamo espiritual: “El sufrimiento de este pueblo dominicano lo ponemos en manos de Dios porque necesitamos que también nos ilumine, que despierte a este pueblo que está anestesiado”.

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«Cuando un pueblo está anestesiado, está inconsciente. Siguen bombardeando al pueblo con mentiras, mentiras y más mentiras… y esa es la anestesia para que usted no vea la verdad”.
La tristeza era el común entre los presentes, unos miraban al cielo. Otros simplemente lloraban. Todos, sin excepción, compartían una misma esperanza: que el luto se convierta en justicia.
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Génesis García
Amante de la buena comida, las buenas conversaciones y la comedia. Locutora y Periodista, me gusta escribir de turismo y temas sociales.
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