Santiago.– Familiares y amigos del peluquero José Vladimir Valerio Estévez, uno de los cinco hombres que ayer cayeron abatidos por la Policía Nacional en un supuesto intercambio de disparos, exigieron este jueves a la Policía Nacional aclarar por qué desconectó y retiró las cámaras de seguridad del edificio donde se produjo la balacera en la Plaza Valerio, sector La Barranquita.
En su informe preliminar, la Policía dijo que los hombres ultimados supuestamente integraban una peligrosa organización criminal dedicada al sicariato, tráfico de armas, secuestros y cobros compulsivos vinculados al narcotráfico.
“La Policía Nacional tiene que aclarar a la opinión pública por qué desconectaron las cámaras y se las llevaron”, declaró Rafael Valerio, abogado y propietario del inmueble.
Los parientes también negaron que José Vladimir, de 25 años, formara parte de una banda de atracadores, como ha informado la institución del orden. Señalaron que el joven era un barbero trabajador, amante de la música y sin historial de actividades ilícitas.
De acuerdo a los familiares del peluquero, miembros de la Dirección Central de Investigación (Dicrim), llegaron al lugar y de inmediato dispararon contra los presentes, ante esto Valerio Estévez, le pidió que no lo mataran y salió corriendo.
También denunciaron que luego de disparar, los policías “saquearon la peluquería, se llevaron el dinero, las máquinas y un vehículo parqueado en frente de la peluquería, sin orden de un fiscal”.
“A él le pusieron una arma, por qué no le pusieron una tijera, por qué no le pusieron una máquina de él pelar, si él venía a abrir su barbería, acabando de subir la puerta de la barbería llegaron aquí,”, dijo la esposa del peluquero.
En el supuesto intercambio de disparos, además de Valerio Estévez, murieron Edward Bernardo Peña Rodríguez, Carlos Enrique Guzmán, Charlie Clase, Elvis Antonio Martínez Rodríguez y Julio Alberto Gómez. Permanece prófugo Ronny Abel Sánchez Morillo (Mudita), señalado como supuesto cabecilla del grupo.
Según la Policía, los ocupantes llegaron en dos vehículos y abrieron fuego al notar la presencia de los agentes, quienes repelieron la agresión. En el operativo se incautaron cinco armas de fuego, incluyendo un fusil AR-15, una Uzi, un revólver y dos pistolas, además de dos vehículos.
Los cuerpos permanecen en el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) para fines de autopsia, mientras familiares y vecinos reclaman transparencia en la investigación.
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