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El desempleo alemán, que ha caído a un mínimo récord, está convenciendo a la nación más ahorrativa de Europa de abrir la billetera y vivir un poco.
La disposición de los ciudadanos alemanes a gastar está en el nivel más alto desde 2006 en tanto lentamente dejan de lado su tradicional preferencia por guardar dinero.
El hogar alemán promedio ahorraba el 9,8 por ciento de sus ingresos a fines de 2014, por debajo del pico de 13 por ciento de 1991.
“La gente gasta más porque no hay confianza en el euro, en la estabilidad monetaria”, declaró Planer economista de la consultora de investigación Planet Retail Ltd. en Fráncfort, en una entrevista telefónica.