Los adversarios de Danilo Medina pretenden que cumplir lo prescrito en la Constitución sobre cómo modificarla, como hicieron ellos, sería ilegal o contrario a la Carta Magna.

Ello es absurdo. Disfrazan su terror ante una eventual candidatura de Medina con un falaz fervor constitucional.

Pero solo rabian por el artículo transitorio que inequívoca pero revocablemente impide a Danilo optar por un tercer período mientras sí permite a Leonel Fernández intentar una cuarta elección.

La Constitución posee otros artículos cuyo incumplimiento comporta peores consecuencias para la población, como la garantía de servicios básicos, el derecho a educación y salud o el pleno imperio de la ley en un Estado de derecho enemigo de la impunidad.

¿Acaso esto último no es mil veces más importante que si Danilo reforma o no la Constitución? Idealmente, tras un quinto de siglo en el poder, a cualquier república democrática le conviene desenganchar la carreta nacional de estos caballos cansados.

Pero ante la flojera oposicionista, si Leonel puede querer una cuarta, ¿por qué Danilo no una tercera?