Por: Inka Mattila, representante residente PNUD
Recientemente, la República Dominicana inició su diagnóstico nacional sobre seguros inclusivos y financiación ante riesgos, como parte de la iniciativa global del PNUD: “Facilidad de Financiación de Riesgos y Seguros”, respaldada por Alemania como socio estratégico. Este mecanismo puede desempeñar un papel fundamental en la creación de resiliencia en las personas, al reducir la vulnerabilidad frente a los riesgos climáticos y otros eventos imprevistos.
Esta iniciativa emblemática es producto de la creciente labor del PNUD, agencia líder de desarrollo, en la gestión de riesgos. Este trabajo abarca diversas áreas críticas como seguros inclusivos, financiamiento de riesgo soberano, inversiones en seguros, capital natural y desarrollo de capacidades de resiliencia para las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) y comunidades vulnerables, entre otros aspectos.
Las soluciones de seguros, transferencia de riesgos y colaboración con la industria son esenciales para construir resiliencia ante riesgos, así como para la aceleración de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En países como República Dominicana, cobran especial relevancia, considerando que se encuentra en el 12º lugar, entre 181 países, en términos de vulnerabilidad frente a eventos climáticos y meteorológicos extremos (según los datos recopilados entre 1998 y 2017).
Además, según el Índice de Vulnerabilidad frente a Choques Climáticos (IVACC) desarrollado por el PNUD y el Gobierno dominicano, el 25.1% de los hogares en las zonas de pobreza del país tienen una alta vulnerabilidad ante la ocurrencia de tormentas y huracanes. Esto pone de manifiesto la importancia de fortalecer las políticas y acciones orientadas a incrementar la resiliencia ante los riesgos climáticos, los cuales afectan especialmente a las personas pobres y vulnerables.
La evidencia al respecto es clara: vimos los daños del huracán Irma en 2017, que costó 200 millones de dólares al país; la recuperación de los impactos de la COVID-19 costó alrededor de 18,500 millones de dólares; y más recientemente, el huracán Fiona de septiembre de 2022 ocasionó pérdidas estimadas en 375 millones de dólares según la Presidencia de la República.
Esta vulnerabilidad sigue una tendencia global. Nuestro más reciente Informe de Desarrollo Humano 2022, titulado «Tiempos inciertos, vidas inestables: configurando nuestro futuro en un mundo en transformación», más del 90% de los países han experimentado una involución en sus indicadores de progreso, como la esperanza de vida, la educación y la economía, debido a la pandemia, las guerras y el cambio climático desde 2019. La curva del progreso global se ha quebrado. El informe observa que, por primera vez en más de tres décadas, hemos visto disminuir el Índice de Desarrollo Humano (IDH) durante 2 años consecutivos.
Sin embargo, el informe también nos brinda esperanza, ya que nos muestra una clara ruta a seguir en nuestro papel integrador, mediante respuestas enfocadas en la inversión, los seguros y la innovación para lograr resiliencia y recuperar el camino hacia la prosperidad.
¿Cuál es el rol de los seguros en esta hoja de ruta hacia un futuro resiliente y sostenible?
Nuestro enfoque plantea que el desarrollo humano no es eterno ni automático, y los logros obtenidos en el tiempo pueden revertirse fácilmente debido a diversos choques, afectando de manera desproporcionada a los segmentos de población más vulnerables.
En este contexto, los seguros permiten mantener los logros alcanzados y generar resiliencia ante futuras crisis. Además, representan una oportunidad para evitar costos mayores asociados a los impactos de los desastres si se implementa una estrategia efectiva y oportuna de gestión de riesgos y preparación para la respuesta, pues se estima que una mayor cobertura de seguros podría reducir las pérdidas en los países más pobres hasta en un 25%.
A nivel global, el PNUD ya está trabajando en la creación de sistemas de financiamiento de riesgos y seguros que permiten a las familias y comunidades hacer frente a estos eventos de manera efectiva y rápida, como es la Facilidad de Financiación de Riesgos y Seguros. Estos sistemas incluyen la creación de fondos de emergencia, la implementación de seguros para agricultores y pequeños empresarios, y el desarrollo de mecanismos y estrategias de transferencia de riesgos, entre otros. Con este diagnóstico, comenzamos este trabajo también en la República Dominicana con el fin de reducir los costos de las catástrofes para las poblaciones más vulnerables y fortalecer la resiliencia de la sociedad dominicana.
Por supuesto, sabemos que los seguros no son la única forma de hacer frente a los riesgos climáticos y a las pérdidas y daños impuestos a los países en desarrollo por el cambio climático, que a menudo no han causado. De hecho, a medida que los riesgos climáticos se intensifican y los fenómenos extremos se multiplican, somos conscientes de que los bienes y servicios pueden volverse cada vez menos atractivos para las aseguradoras. Desde PNUD acompañamos, junto con otros socios, a los esfuerzos para establecer y mantener otras formas de apoyo financieras para enfrentar las pérdidas y los daños, en línea con la decisión de la COP27 sobre el establecimiento de un fondo de pérdidas y daños.
La colaboración de todos los actores relevantes en el país, incluyendo el sector privado, en relación con los sistemas de financiamiento de riesgos y seguros ayudará a fomentar el desarrollo económico y la resiliencia de la sociedad dominicana, ya que permitirán a las personas, empresas y gobiernos tener una mayor certeza financiera y reducir el impacto negativo de los eventos adversos en su capacidad para generar ingresos y prosperar.
Desde el PNUD, seguimos comprometidos en buscar soluciones innovadoras para aumentar la resiliencia, especialmente para las personas más vulnerables, para no dejar a nadie atrás.