La red social dijo el miércoles que la Comisión de Protección de Datos irlandesa está investigando cómo Facebook transfiere datos de la Unión Europea a Estados Unidos.Smartphone screen with Facebook app icon VARIOUS
San Francisco. Facebook anunció este martes que a partir del miércoles volverá a aceptar anuncios de contenido político en el estado de Georgia (EE.UU.), levantando así parcialmente el veto a este tipo de propaganda que mantenía en pie desde las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.
En un comunicado, la jefa de producto de Facebook, Sarah Schiff, indicó que han desarrollado “un proceso para permitir a los anunciantes colgar anuncios que lleguen a los votantes de Georgia sobre las elecciones al Senado en ese estado».
El levantamiento de la prohibición permitirá colgar anuncios a los candidatos a las elecciones al Senado por Georgia, que se celebrarán el próximo 5 de enero y que determinarán cuál de los dos partidos, el Demócrata o el Republicano, controlará esa institución los próximos dos años, aunque en el resto del país la propaganda política seguirá vetada.
En esa fecha se enfrentarán los republicanos David Perdue y Kelly Loeffler (ambos actualmente en el puesto) a los aspirantes demócratas Jon Ossoff y Raphael Warnock, respectivamente. A los conservadores les bastaría con ganar una de las dos carreras para mantener la mayoría en el Senado, mientras que los demócratas están obligados a ganar en las dos si quieren pasar a tener el control de la Cámara Alta.
Facebook sigue así los pasos de Google, que desde el pasado 10 de diciembre ya vuelve a permitir los anuncios de contenido político en sus plataformas, aunque en el caso del buscador la restricción se levantó para todo el país.
El veto a la propaganda política por parte de Facebook y Google fue anunciado a finales de septiembre, dado que entonces se preveía -como terminó ocurriendo- que el resultado de la elección presidencial iba a ser objeto de disputa por parte del presidente Donald Trump si no era reelegido. La idea de las dos compañías era que, prohibiendo los anuncios de contenido político una vez pasadas las elecciones, se evitaría que las campañas trataran de influir en el proceso de cómputo de votos o en la percepción de la opinión pública sobre este mediante la propagación de informaciones falsas.